Azul Espínola y Sofía Buissa
24/04/2017
Revolución industrial
N
ombre que recibe un conjunto de cambios tecnológicos
iniciados a mediados del siglo XVIII en el Reino Unido, así
como su impacto en la sociedad:
la declinación del feudalismo y la monarquía;
el desarrollo del capitalismo, la democracia y el socialismo y la
mecanización agrícola, las migraciones rurales y el crecimiento
de la población urbana.
Entre otras, la introducción de la máquina de vapor permitió que la producción se realizara a una escala
mucho mayor que con los métodos artesanales tradicionales, lo gue se vio reforzado por la aplicación de
los principios de la división del trabajo.
La Revolución industrial se dividio en dos etapas: la primera
revolución industrial que se caracterizó por el descubrimiento de la
industria textil, y la segunda revolución industrial que se
caracterizó por los avances científicos y tecnlógicos.
Interpretaciones
El desarrollo tecnológico de la humanidad ha sido
una constante desde tiempos inmemoriales, pero
a partir del siglo XVIII ese desarrollo ha ido más
rápido que anteriormente, al encontrar,
rápidamente, una aplicación práctica a los
avances
científicos.
Estos
avances
se
fundamentan en la observación de la naturaleza
y tienen aplicación en el mundo cotidiano. Esto es
lo que se ha dado en llamar revolución industrial.
La primera fase de esta revolución
industrial, moderna, surge en Inglaterra en
el siglo XVIII y XIX con el despegue
tecnológico como hecho más destacado.
Lo fundamental de la revolución industrial
es la transformación del sistema
económico.
En fecha tan temprana como 1837-1838
Engels, que es el primero en utilizar el
término revolución industrial, en su libro «Situación de la clase obrera en Inglaterra», estudia las relaciones
que existen entre el surgimiento de la producción en fábricas y el desarrollo del proletariado industrial y la
transformación de las estructuras sociales. Todo esto lo sistematizará más tarde Carlos Marx en «El
capital», un esquema teórico de interpretación de la revolución industrial. También John Stuart Mill
describe el proceso en 1848, en su libro «Principios de economía política».
Durante la revolución industrial se establece la división entre propiedad y trabajo, y la concentración de los
recursos económicos. Es el fin de una época con un determinado concepto de la propiedad y de la
producción (el feudal) en el que las relaciones de intercambio estaban poco desarrolladas, en un marco de
obligaciones serviles y de relaciones de trabajo dependientes y semidependientes.
Se examinan las formas de trabajo asalariado, comprado y vendido como fuerza de trabajo, la división del
trabajo y el sistema de fábrica, en las que se emplea la máquina, para la producción, como medio de
reducir los costes unitarios, incrementando así los beneficios. Para lograr esto es necesario concentrar los
medios de producción.
Para los contemporáneos, en el siglo XVIII y XIX, la revolución industrial es
ante todo la destrucción de las costumbres y las comunidades de trabajo
tradicionales.
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