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Eco De Adios
Doblé el papel cuatro veces para no perderlo. Giré la llave tres veces para no volver.
Abrí el buzón dos veces para asegurarme. Cerré la puerta una vez sin mirar atrás.
Doblé la esquina una vez sin temblar siquiera. Giré la cabeza a un lado para recordar.
Abrí los ojos con miedo de sentirte cerca. Cerré la historia del todo para no pensar.
Por: Juan Diego García
Estudiante 8 B
No era como pensaba
Todos me lo recomendaban, tenía un excelente nombre y un cuerpo excepcional. Muchos lo querían, en ocasiones terminaba muy mal debido al gran amor que le tenían. Él quería dar más pero tristemente no podía, yo era una de las que estaba detrás de él y sentía lo mismo que el resto.
Pero solo sé que aquel libro, tan bueno al principio, terminó muy mal. Definitivamente no me gustó.
Por: Rosario González Cerquera
Estudiante grado 10 A
Abrir un poco el corazón. Abrir otro poco la mente. Revolución. Una transformación nos espera cuando nos permitimos ir más allá. Un estudiante y maestro me recibió en clase alguna vez con la pregunta “Profe, ¿usted cree en lo imposible?” a lo cual yo contesté sin dudar: -“Sí”- y no me arrepiento, porque cuando distinguimos un horizonte, este, nos imanta y una fuerza gravitacional nos encamina en la alquimia del ser-hacer. Y este ejercicio, el de ser coherente, es según mi humilde opinión, una llave para abrirnos a esa libertad expresada en el otro, en el gozo inmenso de actuar con consciencia.
Una llave que esculpimos con algunos cómplices, estudiantes, profes y artistas del mundo “real” fue entregada a nuestros estudiantes. Una llave hecha de música. Rap, reggaetón, indi rock, metal, rock en español –y perdón a los melómanos si no soy fiel a los géneros musicales que interpretaron los artistas- fueron el hierro, el sudor y la esperanza de abrir, aunque fuera un poco la puerta a un nuevo destino.
´Corrimos mucho´, muchísimo, para que el festival estuviera a la altura. Se dañó algún aparato del sonido en la mitad del evento, la profe perdió alguna que otra cosa –no por robo, ojo, sino por despiste- y en algún momento pareció que nos hubieran robado el tiempo; pero, sobre todo, un grupo de personas se encontraron –realmente, humanamente- para sentir la vida, para cuidarla, un poco para bailar –aunque esperaba que los chicos de octavo A terminaran exhaustos de una danza fenomenal y el pogo fue algo desafortunado- otro tanto para pensar. Pensar que, sí, nuestro planeta muere por mano humana, pero que esa misma mano puede fabricar arte y actuar como si nos importara la vida.
Una llave elaborada, pintada, hecha regalo por artistas como Santi Clap, Ravagli Ra, Rap flow y Gariel; la Fundación Punto Cero y la Asociación Verdes Pensamientos; y nuestros artistas propios Camilo, Yonnatan, Juan Carlos, Henry; los chicos informáticos, comandados por Alex; y claro, los que recolectaron un kilogramo de reciclaje como signo de que los estudiantes cuenta, valen, pueden y son sujetos primordiales, sin los cuales la educación pierde sentido.
Por todo lo anterior, creemos más llaves hechas de inglés, calculo, física, biología, ciencias sociales, educación física y arte, mucho arte.
CRÓNICA DE UNA LLAVE HECHA MÚSICA
Por: Paula de las Estrellas Beltrán Home
Docente Literatura y Lengua Castellana
Amar significa abrirle la puerta a ese destino, a la más sublime de las condiciones humanas en la que el miedo se funde con el gozo en una aleación indisoluble, cuyos elementos ya no pueden separarse. Abrirse a ese destino significa, en última instancia, dar libertad al ser: esa libertad que está encarnada en el Otro, el compañero en el amor.
*Zygmunt Bauman. Amor líquido