My first Magazine O1 | Page 11

"Sólo después de que el último árbol sea cortado, sólo después que el último río haya sido envenenado, sólo después que el último pez haya sido atrapado, sólo entonces nos daremos cuenta de que no nos podemos comer el dinero"

Es irónico, mientras no paramos de consumir productos que tardan en degradarse alrededor de 100 años o más como por ejemplo los plásticos, no nos es posible o quizá no tenemos el “tiempo” para sembrar un árbol con todos sus beneficios y el cual su esperanza de vida es de entre 200 y 250 años.

Por lo tanto, el consumo de productos de manera desmedida debería de ser coherente con la calidad de actitudes positivas que tenemos con el medio ambiente para mantener un equilibrio global y no es sólo por seguir aprovechando los recursos, sino para que las próximas generaciones gocen de una vida natural y no artificial. Tomar la responsabilidad de nuestras acciones es reconocernos como parte una misma naturaleza, consumir de menos es igual a una mayor calidad de vida.

. aumenta el número de fábricasaumenta el número de fábricasautomóviles, industrias que emiten gases tóxicos y cuando no encontremos solución a toda la polución del ambiente, seguro científicos expertos se esmerarán en descubrir una forma de salvar los ecosistemas con algún invento bastante complejo, siendo que se resolvería con sembrar un árbol. Son fundamentales para conservar el equilibrio ecológico además de ser hogar de una inmensa cantidad de especies. Las grandes industrias productoras de madera y de papel, necesitan de los árboles para poder continuar en el negocio, ya que esos dos productos se desarrollan gracias a la tala de árboles. El problema sí es la producción excesiva pero lo que realmente daña es que no se reforesten los árboles que se talaron para la producción. El descuido humano es el peor enemigo de la naturaleza, un error como no apagar una fogata, tirar un cigarrillo en los bosques se cobran con miles de hectáreas quemadas.

La ceguera de un mundo que avanza cada día con más rapidez, con más aparatos electrónicos, con más ganas de un aumento de dinero, de la producción de más automóviles, más desechos, más productos, más y cada vez más, nos lleva a desviarnos de lo que la naturaleza nos regala, los frutos, el oxígeno, un entorno bello y puro que no cuesta nada, eso es cada vez menos.