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a principios de marzo del ´76, salió un decreto o una ley no me acuerdo que era, firmado por la Sra. Estela Martínez de Perón y tras cartón cayó el Gobierno. Lo primero que hizo el gobierno militar a pedido del Arzobispo de la ciudad de Paraná, Monseñor Adolfo Tortolo, fue firmar un decreto ley que nos íbamos de la UCA, arréglenselas. No importa a donde.

¿Y como fue el traspaso de empleados?

--Había que darle continuidad a la UNER, yo entré como jefe de departamento de la UNER. Basado en los 9 años de antigüedad que tenía, yo no rendí ningún concurso, pero hacía nueve años que estaba funcionando el departamento.

¿Realizabas todas las tareas administrativas que tenían que ver con departamento alumnos?

--Si, todas las tareas de alumnado. Incluso tomaba asistencia en cada materia de todos los años. Después desde la UNER hicieron contratos docentes a personas, pero por poquitas horas al día. Después fueron contratando y entrando gente como por ejemplo, Titina (Analía González). Pero en sus inicios yo atendía biblioteca, alumnado, cobraba las cuotas de los alumnos, todo.

Es obvio que desde sus inicios hasta hoy hubo cambios sustanciales en todo lo que respecta a la organización y funcionamiento de la Facultad, ¿cuáles de esos cambios marcaron puntos de inflexión en tu vida laboral y quizás personal también?

--Con orden y con iniciativa se fue armando la Facultad, tratando de hacerlo lo más ordenado y reglamentando las cosas cotidianas. Y a medida que se van presentando los problemas solucionarlo, pero darles una solución igual para todos los problemas que hay. Por eso a mi me gusta que esté reglamentado, escrito, porque así no hay forma de equivocarse. Y mi vida ha sido esto, venir a trabajar acá y punto. Es decir, mi vida laboral obviamente.

¿Formaste parte del CD o CS?

Del CD no porque no he querido, del CS sí, y del Consejo de Administración de la Obra Social también. Fui Consejera a principio de los ´90, cuando recién los consejeros PAyS éramos aceptados, teníamos solamente voz, no voto.

¿Qué recordas de aquella época que hasta el día de hoy te provoca una sonrisa?

-Yo recuerdo de aquella época que nos conocíamos todos, éramos todos iguales, manteniendo las distancias que corresponden al lugar que cada uno

ocupaba. Y ahora ya no los conozco, ahora ni siquiera estoy atendiendo en mostrador, conozco a todos por nombre y apellido, por listas pero de ahí a las caras muy pocos. Se están recibiendo hijos de contadores de las primeras épocas. Ya vamos por la segunda generación seguro.

¿Qué extrañas de aquellos momentos?

--El trato con la gente, incluso con los mismos compañeros. Yo no veo el mismo cariño a la Facultad. La gente que entra a trabajar nueva no lo tiene, no la siente, está bien, yo reconozco que no han vivido acá. A mi hay cosas que no me gustan que se hagan pero está bien, yo siento que hice la facultad. Desde las reglamentaciones en adelante, todo! Desde limpiar aulas para habilitar y todo lo demás.

¿Qué consejos darías a los empleados que estamos empezando, con respecto a la educación pública, en lo que se refiere a lo cotidiano, para el trabajo?

--Para el trabajo, hay que querer la Facultad, punto. Nada más que eso. No vivir para la Facultad, reconocer que mi horario de trabajo es de tal hora a tal hora, pero en ese horario de trabajo, trabajar, dar todo de mí, aportar todas las ideas posibles.

MVV/Agosto, 2015 11

En vísperas de que nuestra Facultad cumplirá en el 2016 50 años de existencia en el ámbito de la educación superior, conversamos con Elsa Acebal, la empleada con mayor antigüedad en esta Institución, que hará un recorrido por toda esta rica y extensa historia.

a principios de marzo, salió un decreto o una ley no me acuerdo que era, firmado por la Sra. Estela Martínez de Perón y tras cartón cayó el Gobierno. Lo primero que hizo el gobierno militar a pedido del Arzobispo de la ciudad de Paraná, Monseñor Adolfo Tortolo, fue firmar un decreto ley que nos íbamos de la UCA, arréglenselas. No importa a donde vayan.