Monográfico_Cervantes Monográfico Cervantes-Shakespeare | Page 45

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 Entre las muchas cualidades de Cervantes hay una innegable, que envuelve a las demás y es el crisol de todas ellas. Se trata, claro está, de su extraordinario y magistral uso de la lengua, que consiste en la perfecta adecuación del registro escrito a las características y peculiaridades del habla de los personajes, bien se deban éstas a su origen, a su extracción social o a cualquier otra razón. No quiere esto decir que Cervantes sea un mero imitador, en el sentido de limitarse a copiar o registrar las formas de expresión de sus compatriotas. Va más allá para conseguir captar lo esencial. Lo que hace es "tener oreja", prestar oído a todo tipo de gentes, pertenezcan al pueblo llano, a la Iglesia, a las instituciones de la justicia o sean de cualquier otra procedencia, y dejarse empapar y guiar por la lengua. Y luego, al ponerse a escribir, lo que hace es dejarse hablar, dejar que la lengua hable por su boca (o por su pluma). No exagero al decir "hablar por su boca". Tomemos uno de los capítulos más famosos y conocidos de El Quijote, el VIII de la 1ª parte, el de la aventura de los molinos de viento, y leámoslo en voz alta. Yo lo he hecho recientemente con muchachos de doce años; por diversas razones que no vienen al caso se lo he leído yo a ellos: poco tuve que detenerme a explicarles, pues la lengua de ese capítulo di4iere, en lo esencial, mínimamente de la de hoy: sonreían con lo que iban escuchando y entendían, porque aquello sonaba bien, como un cuento contado, sonaba a gloria. Este capítulo, como es bien sabido, incluye dos episodios: el de los molinos de viento y el del encuentro de don Quijote y Sancho, mientras van haciendo camino, con dos frailes de la orden de San Benito y, por detrás de éstos, con un coche en el que va una señora con un grupo de gente acompañante. En total hay cinco registros, cinco voces: en el primer episodio, las de don Quijote, Sancho y el narrador; en el segundo, además de éstas, las de un fraile y un escudero vizcaíno. Cervantes caracteriza a la perfección estas voces en función de lo que cada una de ellas representa o signi4ica. Veamos con algún ejemplo cómo. 45