Arnokath
• En el siguiente capítulo, camino
de la aldea de Quiteria, el
b a c h i l l e r C o r c h u e l o f u e
contando las excelencias de la
espada, con tantas razones
demostrativas y con tantas
4iguras y demostraciones
m a t e m á t i c a s , q u e t o d o s
quedaron enterados de la
bondad de la ciencia.
• En el cap. XXXVIII de la s.p.: La
cola, o falda, o como llamarla
quisieren, era de tres puntas, las
cuales se sustentaban en las
manos de tres pajes, asimesmo
vestidos de luto, haciendo una
vistosa y matemática 4igura
con aquellos tres ángulos acutos
que las tres puntas formaban,
por lo cual cayeron todos los que
la falda puntiaguda miraron
que por ella se debía llamar la
condesa Trifaldi, como si
dijésemos la condesa de las Tres
Faldas
De estas citas puede deducirse que
concede a las Matemáticas la fuerza de
las deducciones incuestionables
(demostraciones matemáticas que no
se pueden negar), lo que representa
un interesante matiz por cuanto que
t u v i e r o n l a c o n s i d e r a c i ó n d e
instrumento útil para otras actividades
y o4icios hasta mediados del siglo XVI,
incluso en toda Europa. En la segunda
cita las presenta como algo necesario
incluso para ser caballero andante, lo
que, en boca de don Quijote, supone
darles una alta consideración pues
obsérvese que, además, las pone al
mismo nivel que otras especialidades,
entre ellas la teología que gozaba, en
aquellos tiempos, de un gran prestigio.
Trata también múltiples cantidades
Biblioteca Nacional
de España
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