La perspectiva radical que concibe la enseñanza como una actividad crítica y al docente como un profesional autónomo que investiga reflexiona sobre su práctica es la forma en que se percibe el error como indicador y analizador de los procesos intelectuales. Parar el constructivismo aprender es arriesgarse a errar, muchos de los errores cometidos en situaciones didácticas deben considerarse como momentos creativos.
Para este modelo pedagógico la enseñanza no es una simple trasmisión de conocimiento, en cambio permite a los alumnos construir su propio saber, no aprendemos solo registrando en nuestro cerebro, aprendemos construyendo nuestra propia estructura cognitiva.
El constructivismo en su dimensión pedagógica recibe el aprendizaje como resultado de un proceso de construcción personal-colectivo de los nuevos conocimientos, actitudes a partir de los existentes y en cooperación con los compañeros y el facilitador.