COMUNICACIÓN DE GNOSIS UNIVERSAL!
materialismo marxista y toda una serie
de concepciones totalmente nuevas. Y
en el seno de la masonería surge en
torno a 1877 una corriente, sobre todo
francesa y belga, que aboga porque
desaparezca la obligatoriedad de creer
en un Gran Arquitecto. No por prohibir
esa creencia, que mucha gente sigue
manteniendo, sino por hacerla opcional,
por que pase a entenderse en el
espacio masónico que la creencia o la
no creencia es una cuestión personal en
la que no hay que entrar. Pero otra
corriente se opone a ese cambio, y hoy
seguimos conservando las dos
variantes. La corriente primitiva, no
quiero decir tradicional, o anglosajona
sigue promulgando esa obligatoriedad
de creer en un Gran Arquitecto y la
inmortalidad del alma del mismo modo
que mantiene el veto a la entrada de
mujeres.
El mito por excelencia sobre la
masonería, al menos en España, es
su contubernio con el judaísmo o el
comunismo, o con ambos.
Lo del comunismo es muy español, sí
(risas). El mito del contubernio con el
judaísmo es más antiguo y está más
extendido: arranca en los países
protestantes y se desarrolla con la
intervención de la Inquisición, que
mezcla a sus enemigos en uno solo. El
contubernio con el comunismo es una
aportación posterior y genuinamente
nuestra a la antimasonería, y su causa
es parecida: la Iglesia y el franquismo
meten a todos sus enemigos en un
mismo saco, lo cual explica que haya
miles y miles de expedientes cuando en
España el número de masones no podía
cifrarse en más de tres mil o cuatro mil
personas. Había logias muy activas,
pero el número global de masones no
DICIEMBRE, 2014
era muy grande. Al franquismo le daba
lo mismo: metía al socialista, al
comunista y al miembro de la Estrella de
Oriente de Krishnamurti en el mismo
cajón de sastre. Eso del contubernio les
sonó muy bien y lo utilizaron incluso en
el último discurso de Franco, el 1 de
octubre de 1975, cuando el dictador
comienza hablando de la conspiración
judeo-masónico-comunista. Una cosa
delirante. Hay masones