Military Review Edición Hispano-americana Julio-Septiembre 2016 | Page 48
pone al estudiante en una posición desventajosa, puesto
que él o ella intenta remediar el curso desaprobado y
mantenerse a la par con sus compañeros de clase.
En lugar del sistema actual, los estudiantes que reciban dos notas finales de C+ o C, o cualquier nota final
de insuficiente al final de curso, deben ser expulsados
de esta fase de la ILE sin prejuicio. En lugar de dedicar
tiempo y energía en las juntas de retención académica
para retener a los estudiantes marginales que tal vez
nunca se pongan a la par intelectual, educacional o
profesionalmente con sus homólogos, tales juntas solo
deberían ocurrir en las circunstancias verdaderamente
atenuantes. Los oficiales que deseen finalizar la ILE
deben comenzar sus estudios con las suficientes destrezas académicas, profesionales y de comunicación para
cumplir los estándares, sin excepción.
Los efectos agregados de un modelo de atrición en la
educación militar profesional, basado en los criterios de
selección de los antecedentes de los estudiantes para la
asistencia, desafiarán a los estudiantes a través del establecimiento de un ambiente intelectualmente riguroso
que promueve un mayor nivel de autodisciplina. Un
modelo de atrición también contribuiría a abordar la
brecha de prestigio en la educación militar profesional
que Brown menciona.
Cambio 4: La ILE como herramienta
de asignación
Otra norma cultural del Ejército relacionado con la
ILE es que el tiempo tomado para el estudio es un descanso de otros deberes, en lugar de la preparación para
responsabilidades futuras. Un indicador de esta norma
es la expresión «solo es mucha lectura si lo haces»,
un dicho común entre los estudiantes de la ILE19. La
prevalencia de esta expresión también refleja la relativa
falta de importancia dada a la calificación en los cursos
de ILE y valida la observación de Brown de un planteamiento del «legado de la Era industrial» orientado a la
producción de fuerzas en masa20.
En su lugar, el rendimiento académico debe ser un
factor clave en las asignaciones después de la ILE. En
el documento Army Vision de 2015, se declara que el
Ejército debe «comprometerse a las políticas de personal
que desarrollan y gestionan mejor a los soldados y civiles
del Ejército para optimizar el rendimiento individual,
satisfacer mejor los requisitos de dotación de personal y
garantizar la salud y bienestar de nuestra fuerza»21.
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Vincular el rendimiento académico en la ILE con
las asignaciones futuras sería un gran paso hacia el
impulso de todas estas metas, mientras se abordan las
normas culturales actuales que devalúan las notas en
la ILE. Requeriría también un ajuste de las políticas de
personal para tomar en cuenta la asignación de notas,
incluyendo la redirección de los oficiales si sufren reveses significativos en el rendimiento académico durante
el año. La fricción incurrida por la implementación de
tal sistema sería equilibrada por los avances hechos en
el apareamiento de las destrezas y rendimiento académico de los egresados con las unidades que más necesitan sus destrezas. Combinar el rendimiento estudiantil
con las asignaciones subsecuentes también proporcionaría un aliciente tangible a los estudiantes de ILE para
maximizar sus esfuerzos durante el curso.
Los beneficios
Los desafíos de la complejidad e incertidumbre en el
ambiente de seguridad hoy en día y en el futuro, combinados con los efectos escalonados de la formación de
líderes en el resto de la fuerza, requieren que el Ejército
tenga la determinación de preparar intelectualmente
a los oficiales para enfrentar estos desafíos. Revitalizar
el lugar que ocupa la ECEM en la educación militar
profesional es un paso crítico para establecer la fuerza
del futuro, tanto a través de sus estudiantes como sus
instructores.
Efectuar cambios en el sistema ofrecería varios
beneficios inmediatos. En primer lugar, un examen
de ingreso y resultados del GRE conjuntamente con
una junta de selección podría identificar, y luego
servir mejor a los oficiales más capaces de aprovechar los recursos singulares que están disponibles en
el Fuerte Leavenworth. Los oficiales que asisten a los
campus satélites después de haber pasado el examen
de ingreso y la selección por una junta necesariamente superarían en número a los oficiales que asisten al
Fuerte Leavenworth. Sin embargo, la distribución de
los oficiales más calificados de todas las especialidades
en todos los lugares de ILE beneficiaría a la fuerza, en
general. Hacerlo haría de la ILE una escuela verdadera
de armas combinadas para todos, no solo a los oficiales
en el Fuerte Leavenworth.
Además, la distribución de talento en todos los
tipos de ILE introduciría diversidad entre los estudiantes que asisten a los AMSP. Los egresados de estos
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