Military Review Edición Hispano-americana Enero-Febrero 2014 | Page 55
muerte progresiva
la misma. Él pensó que se podría pensar sobre la
guerra como si estuviera suspendida por “imanes”:
la violencia, odio y enemistades primordiales; el
azar y la probabilidad; y la subordinación de la
guerra a la política racional. También conectó
todos los aspectos con una expresión física como
ejemplo. La población normalmente se aparea
con el odio y la violencia primordial y las fuerzas
armadas con el azar y la probabilidad. El gobierno
está a cargo de la política.
Si bien algunos han usado esta estructura para
alegar que los conceptos de Clausewitz no se refieren a los actores no estatales y fuerzas irregulares,
cabe recordar que la trinidad secundaria solo era
un ejemplo de cómo la trinidad principal puede
presentarse. Estas tres estructuras existen en una
insurgencia como lo hacen en toda otra forma de
guerra. Si bien las insurgencia normalmente no
incluyen un gobierno o fuerzas militares formales,
al principio, como mínimo, tienen guerreros irregulares, formulan objetivos políticos e intentan
establecer organismos oficiales y provienen de
la población. Ya sea si esta manifestación esté
presente o no, sigue siendo la trinidad principal
subyacente. Clausewitz agregó, “Una teoría que
no toma en cuenta a ninguna de estas o intenta
establecer una relación arbitraria entre ellas,
chocaría con la realidad, hasta el punto que por
esta sola razón, sería completamente inútil”.2
A pesar de esta advertencia, los modernos
teóricos de contrainsurgencia, de hecho, no han
tomado en cuenta las partes de la trinidad y su
carácter interrelacionado. Toda teoría hace caso
omiso a dos de los tres aspectos de la trinidad y,
aún más, presume una relación arbitraria entre
el enemigo, la población y los objetivos políticos
de la insurgencia, en su totalidad, que no existe.
Los teóricos centrados en la población predicen
que sin la población, las fuerzas militares insurgentes no pueden continuar o no continuarán
dedicándose a sus objetivos políticos. Del mismo
modo, los teóricos que se centran en el enemigo
presumen que la atrición, por sí sola, derrotará la
voluntad del enemigo, al punto de que la población
simplemente adoptará los objetivos políticos de
los contrainsurgentes.
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Estas ideas son el resultado de la combinación de
los métodos con los fines. El lograr el apoyo de la
población o matar y capturar a los insurgentes son
métodos utlizados para afectar la voluntad del enemigo, pero no son fines por sí solos. Expresado en
términos de la trinidad maravillosa de Clausewitz,
los teóricos actuales proponen eliminar uno de
los imanes y consideran que los dos restantes
automáticamente llegarán a ser irrelevantes.
Esto es el resultado de teóricos que buscan un
centro de gravedad sin comprender el concepto
del mismo. Clausewitz lo describe como el
“centro de todo poder y movimiento, del cual
todo depende”. Continuó citando ejemplos de
centros de gravedad, pero jamás los conectó con
específicos nodos de la trinidad.3 Hay un centro
de gravedad entre los nodos, los ata, actúa sobre
ellos y por los mismos. Es un líder carismático o
una ideología popular si hemos de usar dos de los
ejemplos prusianos. Por consiguiente, fluctúa entre
los nodos con el péndulo. Napoleón, como un
centro de gravedad, inspiró a la población, dominó
la política y comandó al ejército. Las dos escuelas
de contrainsurgencia no solo erróneamente identifican al centro de gravedad, sino que también
equivocadamente presumen que es estático.
La teoría de sistemas también revela cuán
confuso se ha convertido el pensamiento actual
sobre la contrainsurgencia. La teoría de sistemas
enseña que hay dos tipos de sistemas. Los sistemas estructuralmente complejos, o lineales, los
cuales funcionan de manera previsible y constan
de partes con poca libertad de movimiento. Los
ejemplos de sistemas estructuralmente complejos
incluyen, automóviles, ametralladoras y obuses.
Sin embargo, los sistemas interactivamente complejos, o no lineales, constan de componentes
que tienen libertad de acción e interactúan de
manera imprevisible. Los ejemplos de sistemas
interactivamente complejos incluyen la economía,
diplomacia, guerra (incluyendo las insurgencias)
y la conducción de la guerra.
Se debe presumir una relación de causa y
efecto previsible y repetible entre los componentes para que sea factible una de las teorías
de contrainsurgencia prevalecientes. En el caso
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