Military Review Edición Hispano-americana Enero-Febrero 2014 | Page 54
Desafortunadamente, el debate dicótomo entre
los delusorios conceptos centrados en el enemigo
y en la población domina tanto el debate, que
la realidad se ve ofuscada. En De la guerra, la
recomendación más importante de Clausewitz
es que los hombres de Estado y comandantes
militares deben comprender el tipo de guerra en
la que toman parte. Sin embargo, primero deben
comprender la guerra misma.
La Trinidad
En este ensayo, se destaca que el reduccionismo
analítico inherente en los dos conceptos ha
oscurecido las teorías así como la práctica de la
contrainsurgencia. Lo hace con una concentración
en el apoyo de terceros a naciones anfitrionas que
luchan contra una insurgencia, también conocido
como Defensa interna en el extranjero.
La teoría central en De la guerra es la “trinidad
maravillosa” de Clausewitz en la que describe las
fuerzas que afectan la guerra y la conducción de
(Fuerza Aérea de EUA, Sgto. 2º Steven R. Doty)
insurgentes. Los teóricos tales como el coronel
del Ejército de EUA, Gian Gentile, profesor en la
Academia Militar de EUA; el coronel retirado del
Ejército de EUA, Ralph Peters; el teórico israelí
(y crítico de Clausewitz) Martin Van Creveld y
el teórico militar británico, William F. Owen,
enérgicamente niegan la utilidad de los métodos
centrados en la población y sostienen que buscar
y destruir al enemigo es el camino al éxito de los
contrainsurgentes.
El problema es que estas dos teorías están erradas. Las mismas están basadas en un concepto
inexacto del centro de gravedad y una mala interpretación de la teoría de Clausewitz en general.
Las dos teorías presumen una relación previsible
y estática entre el enemigo, la población civil y
la insurgencia misma. A pesar de las protestas
de Drecker, es Clausewitz quien ofrece la mayor
comprensión de las insurgencias y sus ideas
revelan que se requiere un método más integral
para lograr el éxito en una contrainsurgencia.
El especialista David Reaves, Ejército de EUA, se desempeña como guardia de seguridad junto a un soldado del Ejército Nacional afgano (ANA)
en una instala