Military Review Edición Hispano-americana Cuarto Trimestre 2016 | Page 50

mes, se revisan los indicadores operativos tales como los estados de tareas, tareas de entrenamiento trimestrales, despliegues y apresto del sistema de reemplazo profesional. El tercer martes del mes, se revisa el plan de negocios y las secciones clínicas dan presentaciones sobre su rendimiento en comparación con los objetivos del plan de negocios y abordan las acciones que toman para corregir todas las brechas en el rendimiento. Por último, en el cuarto martes del mes, se aborda la calidad. Los jefes de sección proporcionan actualizaciones sobre todos los grandes eventos en curso y las acciones tomadas para controlar los riesgos. Cuando reflexionaba sobre el éxito del sistema, el comandante actual, coronel Evan Rentz, observó, «Se adaptan todas las reuniones para lograr la eficiencia, se utilizan “paneles de instrumentos” a fin de enfatizar solo los parámetros en tiempo real y se les permite a los líderes regresar a su misión en menos de una hora»12. Optimizar sus procesos y sistemas de apoyo de tecnología de la información. Este principio se centra en mejoras continuas. Desde la escuadra de infantería hasta el Estado Mayor del Pentágono, todas las organizaciones son impulsadas por procesos. Algunos de estos procesos son heredados de nuestros predecesores, mientras que otros son dirigidos por política. Lamentablemente, a veces se nos prescribe un proceso por el antiguo adagio del Ejército, «Eso es lo que siempre se ha hecho aquí». Independientemente de cómo se originaron nuestros procesos de trabajo, su importancia para la viabilidad a largo plazo de nuestro Ejército no puede ser exagerada. Después de todo, los procesos organizacionales impulsan nuestro ritmo de batalla diario, desde pedir repuestos para un tanque tipo Abrams hasta conceder un contrato de múltiples billones de dólares para un nuevo sistema de armas. A pesar de que los procesos organizacionales desempeñan un papel tan importante en todo lo que hace el Ejército, casi nunca se examinan o mejoran muchos de estos. En pocas palabras, esta carencia de atención no aprovecha al máximo nuestra eficiencia y, a su vez, nuestro apresto. Mientras más se implemente un proceso, o mientras más una organización permita la continuación de un proceso, será más difícil reconocer las ineficiencias. En el arsenal más antiguo y continuamente activo del Ejército, el Arsenal de Watervliet, en la parte norte del estado de Nueva York, la tiranía del tiempo 48 no forma parte del vocabulario de ningún líder. Hoy en día, el arsenal tiene uno de los programas de mejora continua más progresivos en el Ejército, a pesar de estar en operación por más de 202 años. Tiene un compromiso a largo plazo de constantemente mejorar la eficiencia de fabricación y otros procesos tales como la gestión de talentos, a través de las iniciativas de Lean Six Sigma13. El arsenal comienza el ciclo con una planificación estratégica anual que determina los indicadores de rendimiento clave y objetivos de rendimiento para el año venidero. Con el fin de alinear las mejoras continuas con la planificación estratégica, se planean eventos de perfeccionamiento de procesos para apoyar la búsqueda de estos objetivos. Cada mes, el comandante del arsenal, coronel Lee H. Schiller, hijo, llama a sus líderes clave y representantes de la fuerza laboral para llevar a cabo una reunión como las que pueden encontrarse en un centro de operaciones en el campo de batalla. En esta reunión, toman lugar discusiones francas y enérgicas en cuanto a los progresos que realizan hacia las metas de perfeccionamiento mutuamente aprobadas y, al final de la reunión, todos salen como un equipo cohesivo con orientaciones y prioridades comunes. Uno de los actuales proyectos de perfeccionamiento del arsenal que ha generado mucho interés es su enfoque en el desarrollo profesional de su fuerza laboral diversa. «Hemos sido muy enérgicos al instituir las metodologías de Lean Six Sigma en nuestras operaciones», dijo Schiller. «Pero, mientras incrementamos estos esfuerzos, llegó a ser evidente que tuvimos una deficiencia de entrenamiento. Los líderes y la fuerza laboral no lograban el alto nivel de rendimiento necesario para h