Mi primera revista | Page 118

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Se acercaba el día de su decimoctavo cumpleaños. y la Tierra se encontraba acostada boca

hacia algún lugar del espacio, porque desde que vio a la Luna no dejó de provocarse

efectos mariposa en el estómago. A ver si así podía poner un poco en práctica la teoría

del caos y conocerla.

Pero la Luna era ordenada, meticulosa y apasionada de las cifras. Al principio no se fiaba

de alguien que había tardado solo cinco billones de años en pedirle salir a una chica.

Que tal vez su interés era superficial y solo le interesaban las vistas porque, se comentaba

que con ella, los polvos estelares se veían de maravilla.

Pero el día de la cita la Luna se esmeró buscando en el armario una fase... Preguntándose

si no era muy atrevido vestirse ese escotado cuarto menguante, si maquillarse o dejarse

ver los cráteres. Si darle una oportunidad a una chica después de haber saltado para la

humanidad y dado pasitos en falso para los hombres.