Mi primera revista ANAQUEL.22.DIC.2018.PDF | Page 71
ENCUENTRO CON NARRADORES
Yo no entendía nada pero me dejaba llevar. Entonces, nos miramos
a los ojos y sentí una gran sensación de seguridad. Volvió a mirar al fren-
te y aceleró. Tras dos minutos de silencio, entrecortados por miradas y
alguna mueca graciosa que él hacía, paramos en la misma hamburguese-
ría que frecuento con mi padre.
Cuando se detuvo el coche y me bajé, lo primero que se me pasó
por la cabeza era salir corriendo de vuelta al túnel de lavado. Estábamos
cerca; me conocía el camino de memoria y mi padre sigue allí. O eso
creo.
-Tranquilo, Dani. Tu padre es bien con...fia…do – chapurreó en
castellano con voz grave y serena.
-Vale -le dije mirándole- Ahora, ¿qué?
Y colocando las manos, como cuando comes un bocata, me indicó
con la cabeza que entráramos al local. Al entrar, el dueño miró de arriba
abajo al desconocido que venía conmigo.
-Hola Dani, ¿qué tal? Hoy vienes en compañía diferente ¿no?
Yo sabía que a él le interesaba saber si mi acompañante era alguien
conocido o de confianza. Si yo le decía que no le conocía, llamaría a la
policía y se metería en un lío.
-Hola. Si, si… Es mi abuelo, que ha venido a hacernos una visita -
me inventé-. ¿Puedes hacernos dos hamburguesas?
-Marchando -contestó.
El dueño entró en la cocina. El extraño me agarró de la mano y me
llevó a la mesa que está al lado del acuario gigante. Nos sentamos uno en
frente del otro. Parecía bastante mayor. Tenía el pelo canoso, barba blan-
ca, y unos ojos azules brillantes como faros que no dejaban de mirarme.
El camarero nos trajo las hamburguesas.
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