Cuenta la leyenda que en una casa ubicada por la orilla del rio cerca a la plazuela Almeida ocurrían cosas llenas de horror y llenas de mucho misterio…algunos de nuestros antepasados nos relatan que en aquella casa en épocas de la conquista era “una casa de paso” donde se alojaban personas de los ejércitos del libertador de Nueva Granada y de Venezuela, en sus tiempos era habitada por el tesorero del Rey de España el cual recaudaba los dineros de la nueva Colombia.
Cuentan que en dicha época este señor se escapó con los tesoros reales rumbo a Santafé de Bogotá, fue perseguido y capturado por las tropas reales trayéndolo de regreso a dicha casa en donde fue torturado y asesinado junto a sus esclavos, demás servidores y gran parte de sus tesoros fueron sepultados junto a ellos.
Pasando el tiempo esta casa era un paso obligado por los túneles de escape (del parque, de las iglesias que daban paso hacia el seminario) donde fueron sacrificados muchos esclavos.
Pasó el tiempo y esta casa nunca fue tumbada, estando ya habitada por personas que no tenían nada que ver con los hechos.
En aquellos tiempos remotos cuentan que en aquella casa se sentían lamentos, se veían sombras, un pequeño niño con rasgos físicos muy delicados que nombraba a los hombres que en aquel tiempo habitaban dicha casa diciéndoles papá, esta casa era un paso de espíritus que asustaban a las personas que la habitaban, su entrada era un gran jardín, dividía las salas y habitaciones con espaciosos patios y a sus lados se encontraban grandes piedras y árboles que adornaban una entrada empedrada donde se dice que era la caballeriza que conducía a un establo rodeada de laberintos en forma de pequeñas habitaciones, en aquella casa se espantaban las personas que la habitaban y decían que se sentían a dichas horas como 3:00 pm, 6:00pm, 9:00pm, 12:00pm y en la madrugada 1:00am, 2:00pm que salían unos olores muy fuertes a azufre, en las noches se sentían por el dicho establo el trote a galope de bestias jalando carruajes y cadenas de los cuales salían lamentos, en gran parte de la casa se escuchaban sollozos de una mujer y el llanto de un niño. dicen que esta mujer hermosa con su cabellera negra, ojos expresivos y tierna mirada fue encerrada por su padre quien dijo que era la deshonra de la familia al concebir embarazo de unos de los esclavos de él, en su aislamiento solo la mantenían con un poco de agua y pan, esta mujer dio a luz a su hijo muy apuesto de un cabello como los resplandores del sol, ojos con grandes, brillantes, azules y una mirada encantadora llena de paz, ella y su hijo fallecieron en este lugar y fueron sepultados ahí mismo donde padecieron tanto.
Aquel niño jugaba con la hija de la señora que en ese tiempo habitaba la casa, aquella niña siempre lo vio y dice que nunca intento hacerle daño, solo buscaba ser querido. En los jardines y patios se escuchan las risas de espíritus no conformes con su estado, asustando a inquilinos y transeúntes, en una de las habitaciones se abrió un agujero encontrándose una gran canal y a un lado una inmensa piedra que tapaba la entrada a un largo túnel. En la cocina y chimenea se veía un hombre muy alto vestido de negro con un sombrero de copa grande
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