MI VIDA TERRA
El desarrollo turístico del Estero de Punta Banda
se llevó a cabo parcialmente. Aunque se esgrimieron
varios argumentos en contra, éstos no fueron suficientes y sólo una tercera parte de la barra arenosa
quedó sin desarrollar. Esto fue una lección para todos,
incluyendo autoridades, desarrolladores y la sociedad
civil organizada. Para mí, como estudiante de Ecología
de recién ingreso en el CICESE todos esos eventos y
discusiones de expertos fueron enseñanza de primera
mano y marcaron mi vocación conservacionista.
A mediados de los años 90 se presentó otra dura
prueba para las organizaciones conservacionistas,
ahora el sitio que se planeaba desarrollar turísticamente era la bahía de San Quintín. En esa ocasión
nuestra victoria fue rotunda: un grupo de académicos elaboramos una opinión técnica que contrastó el desarrollo sostenible de la bahía contra las
consecuencias negativas del proyecto de desarrollo
turístico; con este documento las organizaciones
conservacionistas llegaron hasta la ciudad de México
y las autoridades ambientales, con Julia Carabias a
la cabeza, fallaron en contra del desarrollo mal planificado en la bahía de San Quintín.
Este caso exitoso animó a algunos de los que
participamos en esa opinión técnica a formar una
organización dedicada a la conservación de los hábitats
de la región mediterránea de Baja California. Y así, en
la primavera de 2001 fundamos Terra Peninsular A.C.
Sus orígenes y sus primeros años como organización
fueron inciertos, por decir lo menos, pero poco a poco
se fue consolidando a fuerza de lecciones muy duras
y a través de una curva de aprendizaje pausada por
las crisis financieras recurrentes de la organización
y un alto recambio del personal.
Ha sido hasta los últimos cinco años cuando Terra
Peninsular ha descubierto y empezado a desplegar
todo el potencial que tiene para hacer conservación,
no sólo en esta esquina de Baja California, sino en
el noroeste de México.
Actualmente Terra Peninsular lleva a cabo proyectos
de protección de hábitats, investigación para la conservación, monitoreo legal y biológico y educación
para la conservación, desde marismas nacionales en
Nayarit hasta el Alto Golfo de California en Sonora; y
por supuesto, en toda la península de Baja California.
Hoy Terra Peninsular posee un Consejo Directivo
serio y comprometido, un staff joven, profesional
y con la camiseta bien puesta, amigos generosos
que apoyan la causa, y consultores e investigadores
asociados que le dan respaldo legal y científico a las
acciones de conservación.
Ahora Terra Peninsular tiene un gran reto para sostener sus reservas y sus acciones de conservación;
sin embargo, posee la estructura y funcionamiento
necesarios para lograr su misión: conservar y proteger los ecosistemas naturales y la vida silvestre
del noroeste de México para contribuir al desarrollo
sostenible de la región.
AGOSTO 2016
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