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El desarrollo del niño en la infancia (2-6 años) Algunas teorías explicativas de la conducta agresiva son: • Psicoanálisis: existe un instin- to innato de muerte, orientado habitualmente hacia fuera pero ocasionalmente hacia uno mis- mo. La energía agresiva se va acumulando en el sujeto, que la expresa a través de medios acep- tables (actividad deportiva) o de conductas violentas y destructi- vas. • Etología: hay un instinto agre- sivo vinculado a la herencia ge- nética y al servicio de la super- vivencia del individuo y de la especie. • Hipótesis frustración/agresión: la agresividad surge cuando se bloquea la consecución de una meta, dando lugar primero a la frustración y posteriormente a la agresión a la fuente del bloqueo o bien a un objeto o persona que recibe entonces una agresión desplazada. • Aprendizaje: la agresividad se aprende cuando es reforzada, es decir, cuando lleva a conseguir metas deseables. • Aprendizaje social: la agresivi- dad es aprendida a través de la exposición e imitación de mode- los conductuales agresivos. • Procesamiento de la informa- ción: el énfasis se pone en la in- terpretación de la situación por parte del sujeto, en función de sus experiencias pasadas, de sus 92 metas, de sus habilidades para decodificar situaciones, para buscar una respuesta adecuada, tomar la decisión sobre cómo actuar y ejecutar la respuesta. Otros clasifican las teorías sobre la agresividad infantil en dos tipos: activas (serían las dos primeras, psicoanálisis y etología) y reactivas (el resto de las indicadas). Según los estudios de Shaffer (2000), las rabietas de genio van disminuyendo durante este periodo y son poco frecuentes después de los 4 años, pero la tendencia a vengarse como respuesta a un ataque o frus- tración aumenta significativamente a partir de los 3 años y está muy presente en los episodios agresivos de los niños de más de 6 años. En general, los varones se impli- can más que las niñas en conflictos y actos agresivos más enérgicos, tanto físicos como verbales y tan- to de naturaleza instrumental como hostil. Estudios como los de Eisenberg et al. (2004) analizaron los víncu- los entre el control voluntario y el reactivo –entendido este como la tendencia relativamente inflexible a la reactividad o a la inhibición– y la presencia de problemas de conducta en niños de entre cuatro y diez años. Los resultados obtenidos hallaron asociaciones entre la impulsividad o insuficiente control voluntario y la presencia de problemas conduc- tuales, una relación que se hacía