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Psicología del desarrollo humano: desde el nacimiento a la vejez Cabe tomar conciencia que la edu- cación integral no solo abarca el inte- lecto sino que también hace referencia al sentimiento y la emoción, la ima- ginación y la acción emocional, como partes integrantes del proceso de ense- ñanza-aprendizaje y de un buen desa- rrollo infantil (Shapiro, 1997). Es importante favorecer el desa- rrollo emocional en los niños para lograr que sean emocionalmente com- petentes (Del Barrio, M. V., 2002; Go- leman, D., 1996). Estudios transculturales, referi- dos a la emocionalidad de los niños, muestran que los niños japoneses, al igual que los occidentales, no dife- rencian con nitidez lo que se expresa frente a lo que se siente antes de los cinco o seis años (Gardner, D. Harris, P.L., Ohmoto, M. & Hamazaki, T., 1988). Consideran que hacia los seis años se despliega la competencia de falsear la emoción, es decir, de ocultar las verdaderas emociones a sabiendas del efecto que ello comporta. 7. LA SEXUALIDAD DEL NIÑO Y DE LA NIÑA El despertar de la sexualidad me- rece un comentario específico, puesto que nuestro ámbito cultural tiende a ignorar la sexualidad infantil, a excep- ción de los freudianos, que quizás le atribuyen un papel excesivo. Si ob- servamos a los niños es probable que identifiquemos multitud de manifes- taciones. En torno a los 2 años, descubren las diferencias anatómicas entre los niños y las niñas, gran curiosidad; exploran sus genitales y las sensaciones que les produce, y también se observan entre ellos como reacción de incitaciones o comentarios. Cabe tener muy presen- te que la sexualidad del niño y la niña dependerá de la reacción, conducta y actitud del adulto frente a estás prácti- cas, puesto que según sus reacciones, naturales o avergonzadas, sus pala- bras y valoraciones promoverán una actitud sana o, por el contrario, de ver- güenza. Entre los 3 y los 5 años se suceden varias manifestaciones del interés sexual, juegos entre ellos, conductas autoexploratorias o incluso masturba- torias. Se inician los roles de novia/ novio formando parejitas con un cier- to sentido de la posesión, los juegos como excusa para explorar los diferen- cias corporales de sexo entre niños y niñas, distinguiendo incluso entre un “beso de afecto” (a la mejilla) y un “beso de amor” (a la boca), etc. Es importante que tanto padres y madres, como docentes, tengan en consideración esta parte o aspecto del desarrollo evolutivo en los niños, puesto que dependiendo de cómo se interpreten estas conductas o se traten las situaciones, la niña o el niño creará ciertas ideas y esquemas de lo bueno y lo malo, lo vergonzoso y lo normali- zado, etc. 87