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Psicología del desarrollo humano: desde el nacimiento a la vejez
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los 6 meses y está completamen-
te desarrollado entre los 10 y 14
meses.
La ansiedad de separación: se ex-
presa por lo general con lágrimas
o enfado cuando el cuidador se
marcha, aunque sea por unos po-
cos minutos. Este miedo al aban-
dono suele darse entre los 9 y 14
meses.
La fuerza de muchas de estas
emociones depende de las experien-
cias sociales del bebé, en particular
de cómo responden a los padres. No
obstante, al finalizar el primer año,
todos los niños suelen expresar ale-
gría, angustia, interés, miedo y rabia.
EDAD
Nacimiento
6 semanas
3 meses
4 meses
EXPRESIÓN EMOCIONAL
Llanto y alegría (estar contento)
Sonrisa social
Risa y curiosidad
Sonrisa plena frente a los otros y
enfado
9-14 meses Miedo a los acontecimientos
sociales (extraños, separación del
cuidador)
18 meses Orgullo, pena y vergüenza
Tabla 2.8. La expresión emocional por etapas
4.2.2. El segundo año
A partir del segundo año, el enfado
y el miedo van disminuyendo y se di-
rigen más hacia las situaciones que en
realidad los enfadan o asustan. Aunque
la frecuencia decreciente y la expre-
sión más focalizada de miedo y enfado
son el patrón más común desde los 18
meses en adelante, para algunos niños
estas emociones se amplían y aumen-
tan en vez de disminuir. Del mismo
modo, tanto la risa como el llanto se
van diferenciando cada vez más, por
lo cual las experiencias que en un mo-
mento seguramente desencadenaron
gritos de alegría o dolor ya no lo ha-
cen. Por ejemplo, los niños se caen con
frecuencia cuando empiezan a correr
pero, entre la caída y la reacción, los
bebés de un año tardan en decidir si la
caída fue divertida o dañina; entonces,
y solo entonces, lloran o se ríen.
Las nuevas emociones aparecen
por lo común hacia el fin del segundo
año: el orgullo, la pena, la vergüenza,
e incluso la culpa. A causa de que estas
emociones requieren un conocimien-
to acerca de lo que las otras personas
podrían estar pensando, aparecen en
el contexto social. En realidad, duran-
te los primeros dos años, el contexto
social favorece, guía e identifica las
diversas emociones del niño, de modo
que a los 2 años no solo experimenta
y expresa un amplio espectro de emo-
ciones sino que también conoce cuáles
son los sentimientos mejor recibidos y
cuáles resultan desagradables por los
miembros de la familia y la cultura
(Rothbart y Bates, 1998). Por ejem-
plo, en algunas familias el enfado casi
nunca se puede expresar (“no me le-
vantes la voz”), pero en otras el enfa-
do es la reacción más común, incluso
para las transgresiones menores. Todas
la emociones, en particular el orgullo y
la pena, muestran algunas variaciones
culturales y familiares (Eid y Diener,
2001).
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