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El comienzo de la vida y la primera infancia (0-2 años) 3.2.2.3. Tercer subestadio (4-8 meses) Reacciones circulares secundarias y procedimientos para prolongar es- pectáculos interesantes. La reacción secundaria añade a la primaria la coordinación de esquemas simples cuyos efectos ocurren, ya no solo en el propio cuerpo, sino también en el entorno físico y social. Ejemplos serían el uso del sonajero o tirar cosas de la cuna; ambas acciones les resultan interesantes, por lo que sacude el brazo y la mano con la finalidad de oír la mú- sica, patalea y ve que así se mueve un muñeco colgado de la cuna. Aparece el llamado reconocimiento motor al aso- ciar el objeto (sonajero) con el esque- ma de acción (agitar el brazo). 3.2.2.4. Cuarto subestadio (8-12 me- ses) Coordinación de esquemas secun- darios y su aplicación a situaciones nuevas. Existe coordinación de esquemas cuando se pretende conseguir una fi- nalidad aunque no sea inmediata. Por ejemplo, quitar un obstáculo que im- pide coger otra cosa; aquí el bebé bus- ca objetos desaparecidos, luego sabe cómo son, qué forma tienen…, aunque no los vea en ese preciso momento (pelota debajo del sofá). 3.2.2.5. Quinto subestadio (12-18 me- ses) Reacciones circulares terciarias y el descubrimiento de nuevos medios/ fines a través de la experiencia activa. 50 Las reacciones circulares ter- ciarias resultan de la coordinación flexible de esquemas secundarios. En estas reacciones no se repiten idénticamente las mismas conduc- tas, sino que se introduce alguna variación y se describe el efecto que esta produce. Por ejemplo, el niño es capaz de seguir la trayectoria de un objeto y buscarlo al final, aunque no lo vea (una pelota que ahora está bajo la mesa y no debajo del sofá –como ocurría en el caso anterior–); por ello ensayará y buscará hasta mirar debajo de la mesa y crear una asociación. 3.2.2.6. Sexto subestadio (18-24 meses) Invención de nuevas combina- ciones de esquemas a partir de sus representaciones. El niño se moverá, no solamente bajo la acción directa de los obje- tos, sino también por la acción de algo simbólico. Así, podrá hacer aquello que es recordado, imitará y será capaz de diferenciar en el tiem- po la imitación. Por ejemplo, jugar con una caja a camiones, hacer ro- dar algo redondo como si fuera una pelota… A partir de los dos años, se dará una nueva función, la inteligencia simbólica –entendida como capaci- dad de distinguir entre un significan- te y un significado–, representando por medio de su significante. Podrá actuar sin tener presente el objeto,