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Desarrollo adulto y envejecimiento relaciones positivas con su pareja, utilizar adecuadamente el tiempo libre, aceptar y adaptarse a los cambios físicos que experimente, aceptar y adaptarse a los cambios asociados a la edad de padres e hijos. 3) Segunda madurez (65 años en adelante). En esta etapa los pro- blemas con los que se enfrentan las personas son: aceptación y adaptación a la jubilación, acep- tación de la muerte de conocidos y pareja, adhesión a los grupos de su edad, adaptación a una nueva forma de vida que le permita ha- cer frente a los cambios físicos. Desde este planteamiento con perio- dos relativamente definidos la perso- na aprende los comportamientos que se consideran adecuados a uno u otro periodo y este aprendizaje condicio- na o afecta al desarrollo de su perso- nalidad. A modo de conclusión de este apartado se retoma nuevamente la idea recogida anteriormente sobre el concepto de personalidad ya que, aunque se han mencionado diferentes temas, tareas y problemas o dificulta- des que son más característicos de la edad adulta que de otros momentos, el modo de afrontar y experimentar las mismas (y otras posibles) es com- plejo y diferenciado si se parte de la diversidad individual que se incre- menta con la acumulación de expe- riencias, hecho que caracteriza el de- sarrollo personal en la edad adulta. 282 4.3. La adaptación y el proceso de envejecer Si se acaban de mencionan algu- nos temas y tareas evolutivas carac- terísticas del comportamiento adulto, no es menos importante la respuesta del individuo ante las mismas. A lo largo de la vida, las personas hemos de adaptarnos a las situaciones, a la realidad que vivimos, a los proble- mas que se presentan, etc. y lo hace- mos a través del desarrollo de estra- tegias de afrontamiento y mecanis- mos de adaptación al medio y a las nuevas circunstancias. Todo esto da lugar a patrones de comportamiento diferentes más o menos adaptativos y funcionales. En este proceso que es el curso de la vida es importante con- siderar las vivencias y experiencias de cada persona, es decir, su historia personal y acontecimientos signifi- cativos, como las acciones del indi- viduo, cómo afronta las situaciones, las decisiones que ha ido tomando, etc., teniendo en cuenta que nuestras propias acciones generan cambios en nosotros mismos y en nuestra reali- dad exterior. Desde múltiples teorías se ha tra- tado de explicar el modo en que las personas viven su proceso de enveje- cimiento. Algunas de ellas proponen que un proceso de envejecimiento adecuado implica una desvinculación y alejamiento progresivo de la acti- vidad realizada hasta el momento. Otras sostienen la idea de que se en- vejece mejor cuantas más actividades