Mary Psicologia-Del-Desarrollo-Humano-Del-Nacimiento-a- | Page 251

Psicología del desarrollo humano: desde el nacimiento a la vejez nera diferente, por lo que será natu- ral que algunos jóvenes se marquen unas metas que lleven implícito, para su logro, el esfuerzo y aprendizaje en un grado determinado, mientras que otros se propondrán alcanzar metas más modestas para las que no ten- drán que explorar nuevos contextos ni abordar nuevos aprendizajes para su consecución. En segundo lugar, es necesario destacar el papel de la familia, ya que esta constituye una influencia muy importante en el desarrollo y adqui- sición de la identidad y una fuente de unión y seguridad. Una relación segu- ra facilita la consecución del logro de identidad. Además, este tipo de rela- ciones suele facilitar la libre opinión sobre las cosas, así como analizar y compartir las decisiones. Si los vín- culos son muy fuertes con los padres pero estos no facilitan la libre deci- sión y limitan la toma de decisiones por parte del hijo, las posibilidades de adquirir una identidad hipotecada aumentan. Quizás la tercera influencia más notable la constituyen las escuelas y los contextos culturales, puesto que aportan al individuo numerosas oportunidades para explorar entre los iguales, pero también facilitan las re- laciones con jóvenes más mayores y con personas adultas. Este entramado de relaciones facilita el conocimiento y ayuda a resolver dudas esenciales para la toma de las propias decisio- nes. Compromisos como los vocacio- nales, ideológicos, religiosos y otros se van a ir forjando a medida que es- tas relaciones vayan ganando mayo- res niveles de calidad. 5. DESARROLLO SOCIAL EN LA ADOLESCENCIA La socialización es un proceso que tiene lugar a partir de la interac- ción entre el individuo y la sociedad, mediante el cual el individuo adquie- re, por medio del aprendizaje social, unas pautas de comportamiento de acuerdo a normas, unas costumbres y una identidad cultural propia. El joven desde su infancia se socializa en sintonía al grupo social al que per- tenece, con el que mantendrá unas relaciones cada día más complejas que, junto a la familia, le permitirá adquirir su propia identidad social e intelectual. Cuando se habla de adolescencia no podemos obviar que es una etapa importante en el desarrollo del suje- to, pero que no deja de formar parte del proceso evolutivo en su conjunto y que, por tanto, no podemos desligar la adolescencia de la etapa anterior de la infancia o de la posterior de la adultez. Lo más probable es que los aprendizajes adquiridos durante la in- fancia, por el efecto de la influencia familiar y social tengan una continui- dad durante la adolescencia. De este modo, es muy posible que aquellos rasgos personales que caracterizaron al niño, tales como la introversión, 249