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Psicología del desarrollo humano: desde el nacimiento a la vejez 4.1. El autoconcepto Como hemos señalado anterior- mente, este constructo se puede de- finir como el resultado de las percep- ciones que uno tiene de sí mismo, ba- sadas en la experiencia con los demás y en las atribuciones que el individuo hace sobre su propia conducta. Esta adquisición va a ser muy importante para el ajuste psicológico y social del adolescente. En este sentido, son mu- chos los estudios que concluyen que los adolescentes con alto autoconcep- to manifiestan pocas conductas agre- sivas, de burlas o de abuso de los de- más. Al mismo tiempo que presentan un mayor número de conductas so- cialmente aceptadas (Garaigordobil y Durá, 2006), tienen mejor sentimien- to social y mayor satisfacción con la vida, están más integrados en el aula y son mejor valorados tanto por sus profesores como por sus compañeros (Moreno, Esteve, Murgui y Musitu, 2009). En cualquier caso, para entender mejor este periodo desde su inicio a los 11 años aproximadamente hasta el final, en torno a los 20 años, es pre- ciso observar la evolución y la trans- formación de los contenidos del auto- concepto y los cambios organizativos que se van produciendo a lo largo de lo que podríamos denominar adoles- cencia temprana, media y tardía. En la adolescencia temprana, que transcurre entre los 11 y los 14 años, los contenidos del autoconcepto son fundamentalmente los que se refieren a las características resultantes de sus cambios físicos, es decir, a todo aque- llo que tiene que ver con sus nuevos rasgos corporales. En esta imagen que genera el adolescente sobre sí mismo tendrá una enorme importan- cia la forma en la que sea visto por los demás, y el modo de interpretar él esa visión de los otros. En estos momentos posteriores a la pubertad, el autoconcepto se estructura alrede- dor de nociones independientes, sin mucha relación entre ellas debido al insuficiente control cognitivo que es necesario para hacer una integración más completa. En la adolescencia media, entre los 15 y 17 años, los rasgos físicos irán disminuyendo su importancia en la concepción de la nueva imagen personal y serán poco a poco sustitui- dos por aquellos que tienen que ver con sus expectativas de futuro en re- lación con una concepción particular del estilo de vida. Por esta razón, a partir de ahora, el referente de las au- todefiniciones ya no será tanto la des- cripción de los componentes físicos como el interior psicológico referido a sentimientos y deseos propios. En cuanto a la estructura del autocon- cepto se observa como aquellas pri- meras abstracciones, propias de los años anteriores, van a ir paulatina- mente transformándose e integrándo- se, por lo que es de esperar diferen- cias conceptuales entre los diferentes contextos en los que el joven vive sus experiencias, es decir, el familiar, el 243