Mary Psicologia-Del-Desarrollo-Humano-Del-Nacimiento-a- | Page 218

Relaciones sociales, familia, escuela y compañeros mos al conocimiento de los otros (a los que, al principio, nombramos “los otros”); pero este conocimiento nos aporta comprensión de las personas, de sus sentimientos y acontecimien- tos. En este momento estamos situa- dos en un plan meramente cognitivo. A partir de aquí, se desatan los afec- tos, la empatía, la simpatía, el apre- cio, el afecto y quizá hasta el amor. Llegado este instante, habremos pasado del plano meramente cog- nitivo a otro quizá más importante: el afectivo. Finalmente, los afectos nos llevan al plano de la igualdad y a la identificación; es decir, sentir los “otros” como “nosotros”. Este es el momento en que habremos consegui- do la cohesión del grupo, de ser unos individualmente a ser solo un agrupa- miento. A través del respeto adquiri- mos la madurez personal y social, pa- sando del egoísmo a la cooperación, a la solidaridad y a la convivencia. 5.2. Desarrollo de las relaciones interpersonales La interacción entre iguales evo- luciona con la edad, presentando ca- racterísticas diferenciales en función de las etapas del desarrollo. En los años preescolares, los niños invierten mucho tiempo en actividades soli- tarias o en juegos paralelos. Con la edad, y de forma progresiva, las re- laciones dejan de ser casi exclusiva- mente diádicas para pasar a ser gru- pales, planteando cada vez mayores exigencias en competencia comuni- 216 cativa y coordinación de intenciones (Moreno y Cubero, 1990). 5.2.1. Evolución de las relaciones interpersonales Poco a poco, al avanzar los años escolares, los niños dejan de conside- rar a los otros como entidades físicas para percibirlos como sujetos psico- lógicos cada vez más conscientes de que tienen ideas y puntos de vista diferentes al propio. Este cambio en la percepción de los iguales posibi- lita el uso de estrategias de comuni- cación e interacción más refinadas y efectivas. Los amigos y las amigas son más sensibles y están más aten- tos a las claves sutiles de la comuni- cación que el otro aporta, de forma que la interacción está sincronizada, es cooperativa, empática y afectiva (Cubero y Moreno, 1990). De este modo, en su Teoría inter- personal de la psiquiatría Sullivan (1953) propuso una progresión teó- rica en el desarrollo de las amistades en los niños, basada en la premisa principal de que es a través de estas relaciones íntimas entre compañeros cuando los niños desarrollan la capa- cidad de empatizar y simpatizar con otros. El modelo de Sullivan tiene cuatro fases principales. En la prime- ra (aproximadamente de los 2 a los 5 años), el niño depende de los adultos y no es capaz de mantener relaciones con compañeros sin la intervención de los mayores, limitándose a jugar con cualquiera que esté cerca de él.