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Desarrollo de la personalidad de los 6 años hasta la adolescencia En primer lugar, tenemos que destacar, sin duda, la importancia del juego como eje socializador del niño en la escuela. Es a través de los diferentes juegos que los niños inte- ractúan y se conocen unos a otros, aprenden a respetar normas y reglas, turnos, aprenden a inferir en los de- más sentimientos y pensamientos, etc. Los juegos en la niñez reúnen todas las características de una herra- mienta tanto de socialización como de motor del desarrollo en general. Los juegos son actividades de in- tercambio, donde los niños y niñas aprenden a organizarse, a acatar unas normas por igual, donde ellos mis- mos son los que controlan su ejecu- ción y, en muchos casos, incluso son quienes los inventan y desarrollan. Las actividades lúdicas en la es- cuela no se encuentran al margen del aprendizaje, más bien al contrario, conforman una parte importante de éste y trabaja en muchos casos valo- res morales que en clase no siempre pueden trabajarse. El ayudar al com- pañero o compañera que va perdien- do, el sentir compasión por el que se cae mientras corre o por el que rom- pe algo sin querer, el valorar que lo importante es participar y no siempre ganar, son cuestiones sociomorales que los niños aprenden de manera más o menos espontánea a través de los juegos. Por todo esto, la actividad de jue- go se debe tomar en serio, planteán- dola como otra situación de enseñan- 154 za/aprendizaje, casi siempre placen- tera, que puede informarnos de hasta qué punto el niño está desarrollado cognitiva, motriz, moral, social y emocionalmente. En este sentido, Piaget señala la importancia del juego simbólico para el pensamiento abstracto, y cómo las estructuras mentales se van transfor- mando a lo largo del tiempo gracias a la participación en juegos en los que niños representan situaciones y obje- tos que utiliza. La variedad de juegos (espontáneos o reglados, al aire libre o bajo techo, con materiales adiciona- les o sin nada más que los jugadores, grupales o individuales, etc.) facilitan al niño múltiples situaciones de apren- dizaje. Otro aspecto que tendrán en cuen- ta los docentes será la cuestión de las relaciones sociales entre compañeros de clase. Será especialmente relevante intervenir ante situaciones de margina- lidad, victimización o abuso de poder o de aislamiento. Estos son situaciones sobre las que el maestro o la maestra debe estar muy atento de cara a facili- tar una socialización adaptativa de to- dos los niños. Es obvio que dentro del aula siempre habrá algunos estudian- tes más resueltos, más hábiles social- mente, y otros menos competentes en este aspecto. Por eso, dentro del aula el o la docente deberá sugerir activida- des o talleres y proporcionar apoyo o ayuda a los estudiantes que carecen la capacidad social suficiente para estar integrados en el grupo de clase.