MAGAZINE DE NEGOCIOS #14 OCT-NOV 2016 | Page 73

Repite, repite, repite

Churchill siempre decía que las personas no se solían acordar de una idea que sólo habían escuchado una vez. Por tanto, había que repetirla constantemente.

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Lo más difícil, lo más importante

Las primeras palabras determinarán el tono de todo el discurso y serán las responsables de atraer la atención. Churchill solía comenzar con una frase impactante: un dato sorprendente, una afirmación controvertida, una realidad irrefutable. Es famoso el “Señorías, no tengo nada más que ofrecerles que sangre, sudor y lágrimas”

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Antes de empezar a hablar, simplemente cállate

Una de las técnicas que más se recomiendan para hablar en público y dirigirse a sus colaboradores y audiencia, es hablar enseguida: llegar al atril y comenzar a hablar. ¡Error decía! Mira a la audiencia, dedícales una agradable sonrisa y luego empieza a hablar. Esta breve pausa atraerá la atención del público.

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¿Que nota se coloca?

Cual sea su apreciación sobre Usted mismo, por más precaria o lejana sea la autoevaluación, es muy importante considerar que Usted está ahora en el camino del liderazgo efectivo, no desanime, los líderes se forman muchas veces en el momento en que se enfrentan con el abismo en la cara, es ahí donde aparece su verdadera esencia.

¿Bien su puntería?

Se directo y preciso

Churchill empleaba párrafos cortos y palabras aún más cortas. De hecho, la mayoría de las palabras de sus discursos no superaban las dos sílabas. Por ejemplo, en su memorable discurso de “We shall fight”, los párrafos eran de 140 palabras como media y tan sólo cinco palabras tienen más de 2 sílabas.

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