MAGAZINE DE NEGOCIOS #14 OCT-NOV 2016 | Page 58

Así como se incorporará la educación cívica en la enseñanza media, vemos con interés que los procesos educativos deben tener, particularmente en esta región minera, la necesidad de implementar un módulo de seguridad desde la educación pre escolar.

Debemos generar una cultura en seguridad y disciplina operacional. Por cultura entendemos la forma de hacer las cosas, construido en torno a lo que se declara, pero fundamentalmente a las acciones y comportamientos que se permiten. Esta cultura se compone de valores, políticas, creencias, paradigmas, educación y tradiciones.

Para llegar a un estado deseado nos falta capacitación e intervención. En este sentido, cuando hablamos de disciplina nos estamos refiriendo al cumplimiento del rol de cada uno de los actores que tienen responsabilidades que cumplir y dar cuenta frente a los demás, ahí nos preguntamos qué es lo está pasando con los liderazgos a la hora de hablar de seguridad, cómo se está transmitiendo el mensaje por parte de la jefatura a sus trabajadores y por qué finalmente no logra ser cautivador, puesto que los potenciales de accidentes terminan siendo fatales.

La Presidenta ya se hizo cargo con la Política Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, la que entrega una definición, los objetivos generales, los objetivos de control, las responsabilidades y la referencia de documentación. Asimismo, contiene una segunda etapa de llevar a la sistematización y posteriores programas educativos.

Para dirigirnos hacia un camino de disciplina operacional requerimos de un direccionamiento y coherencia, basados en dos aspectos fundamentales que es la organizacional e individual. Esto con el fin de alcanzar una excelencia operacional, que sin duda mejorará la productividad y competitividad de la industria.

Proteger la salud y seguridad de los trabajadores incide no sólo en nuestra vida, sino en nuestro entorno y también en la productividad de la empresa.

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