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QUE SEA GRADUAL

Uno de los problemas de las aspiraciones tradicionales de la clase media es que la búsqueda de seguridad normalmente es una cuestión de todo o nada.

Es así como comienza uno de sus capítulos de este experto en informática, escritor y músico, y que hoy según la revista Time es uno de las personalidades más influyentes del mundo. La enciclopedia británica le ha incluído en la lista de los trescientos inventores más importantes de la historia, Lanier ha trabajado tanto en entornos académicos como privados, y ha participado en la creación de empresas que han sido compradas por Oracle, Adobe y Google.

Lanier nos expone y así lo veremos en este artículo, que la vía tradicional hacia la dignidad de la clase media a menudo ha estado trazado por peldaños bien marcados: uno conseguía un buen trabajo o un buen ascenso, o no; conseguír la hipoteca, obtenía la licencia para conducir un taxi, se afiliaba a un sindicato, conseguía el contrato para un servicio...o no.

Quienes no superaban esos umbrales aún podían encontrar la manera de triunfar, pero los riesgos serían mayores, y la seguridad, menor.

Indefectiblemente, lo que para una persona era la obtención de la dignidad económica (a través de un dique), para otra menos afortunada, era la barrera de una imposición artificial. Esta forma de gestionar una sociedad era un disparate, que además hacía que las personas cuyo único deseo era construir situaciones familiares estables, o tener planificada la jubilación, pareciesen los malos de la película, por ejemplo, los miembros de los sindicatos tenía que sorportar una tremenda cantidad de duras críticas.

La tensión inherente se exacerbó con la llegada de internet, pues aumentó la impaciencia entre los jóvenes. ¿Quién es un músico para decir que no se use su música gratis en un video en particular solo porque tenga derechos de autor sobre ella?

Lanier desarolla que el proyecto que debiera ocuparnos pasa por imaginar la manera de sacar provecho de las tecnologías de red, para crear una vía más gradual hacia la seguridad económica de la clase media y por qué no decirlo, de emprendedores potenciales.

Dicha seguridad ya no se lograría a base de los bloques cuánticos, sino de manera progresiva. No estaría completamente asegurada, pero sí sería accesible para la mayoría de las personas que las buscasen. No la administrarían los burócratas y políticos, sino que surgiría del mercado.

Un vía progresiva hacia la seguridad no daría respuesta a las difíciles cuestiones filosóficas sobre conceptos como los derechos de autor, pero haría que fuesen menos conflictivos. En un mundo en el que una persona puede ganarse decenas de miles de dólares como compensación por las pequeñas aportaciones a lo largo de toda una vida de participación en la web, se daría menos importancia a los conflictos sobre el reconocimiento de la autoría que se producirán en unos pocos casos.

La creación de un sistema de propiedad intelectual mucho más general e integrado en el entorno, tendría lugar día a día a pequeñas escalas.

Durante el peridodo de transición, esta nueva manera gradual de lograr la dignidad económica podría complementar a los sistemas tradicionales tales como, los derechos de autor, los sindicatos o los puestos académicos de por vida, para acabar reemplazándolos. O quizá ambos sistemas coexistieran indefinitivamente.

Idealmente, se acumularía patrimonio, no solo dinero en efectivo, de una manera más parecida a como ahora lo gastamos. Habría una multitud de actos de creación gradual de riqueza, en lugar de solo unos pocos saltos trascendentales en nuestro status.

En un mundo más progresivo, los reconocimientos y las recompensas seguirán siendo discutibles, pero las consecuencias de salir derrotados en determinada batalla por el reconocimiento, serían similares a las de perder la ocasión de hacer una buena venta. Habría oportunidades más que suficientes para resarcirse.