Madresfera Magazine 19 - Enero 2019 | Page 65

[ SALUD ] país? “Un padre interpreta más fácilmente que no está haciendo algo bien –“no estoy dando de comer suficiente a mi hijo”- en el caso de que su hijo esté delgado que en el caso de que presente un peso medio”, argumentan los pediatras, que no obstante pun- tualizan que un percentil 97 de peso no implica per se que el niño tenga sobrepeso u obesidad, ya que el peso hay que referenciarlo a la talla. “Si un niño es percentil 97 de peso pero también de talla, no hay más problema, se trata de un niño alto y proporcionado, que no gordo, respecto a los de su edad. Por el contrario, un niño en el percentil 97 de peso pero en un percentil 3 de talla está despro- porcionado ya que su peso para la talla es mayor de lo que debe- ría y seguramente sí que presente sobrepeso”, ejemplifican. Lo que debería preocuparnos: el fallo de medro Como suelen apuntar los pedia- tras, lo importante no es que un niño esté de forma habitual en un percentil bajo, sino su evo- lución constante. “Ahí es donde el pediatra debe hilar fino para diferenciar al niño que crece en percentiles bajos pero de forma adecuada de aquel que lo que presenta es un fallo de medro y ha dejado de crecer. Este último es el que hay que vigilar de cer- ca para evaluar si ha sido algo transitorio o realmente supone un problema”, afirman Elena Blanco y Gonzalo Oñoro. El fallo de medro es un concep- to que deriva del verbo medrar “Un padre interpreta más fácilmente que no está haciendo algo bien en el caso de que su hijo esté delgado que en el caso de que presente un peso medio” “Un niño que no medra es aquel que no gana peso suficiente para mantener el percentil por el que engordaba anteriormente” (crecer). “Un niño que no medra es aquel que no gana peso sufi- ciente para mantener el percentil por el que engordaba anterior- mente; si esta situación se man- tiene en el tiempo dejará también de crecer en altura”, explican los pediatras, que ejemplifican la si- tuación de una forma muy grá- fica: “un fallo de medro se daría en aquel niño que a lo largo de varios meses vemos como pasa de un percentil 80, a un percentil 60, luego a un 40… Es decir que baja de percentil sin que sea ne- cesario que llegue a un percentil muy bajo. Esto sí que preocupa a los pediatras porque hay muchas enfermedades que podrían justifi- car esta situación, así que cuando esto ocurre el pediatra debe eva- luar qué y cuánto está comiendo el niño y, en muchas ocasiones, solicitar una serie de pruebas para alcanzar un diagnóstico y actuar en consecuencia”. Por eso, Blanco y Oñoro apun- ta que es “importante” que los padres no asocien percentil bajo a fallo de medro, porque son dos aspectos que “no tienen nada que ver”. Así que preocuparnos sólo cuando el pediatra nos lo diga y no porque nuestro hijo esté en un percentil bajo. Y en ello también tienen un trabajo relevante los pediatras: “No tie- ne sentido que desde nuestra posición trasmitamos preocupa- ción si realmente no la hay y mu- cho menos pedir a esos padres que sean ellos los que vigilen el crecimiento de sus hijos. Para eso ya estamos nosotros, los pe- diatras”. ■ ENERO 2019 • mama • 65