Madresfera Magazine 19 - Enero 2019 | Page 59

[ SANA-MENTE ] C omo explica Enrique Javier de Los Fayos Ruiz, profesor de la Facultad de Psicolo- gía de la Universidad de Murcia en el artículo Burnout en niños y adolescentes: un nue- vo síndrome en psicopatología infantil, publicado en 1995 en la revista Psicothema, Freudenber- ger instauró el concepto burnout “para referirse a un estado psi- cológico según el cual un indi- viduo que lo padeciese sentiría una gran sensación de fracaso y agotamiento o sentimiento de cansancio absoluto (sentirse ex- hausto). Toda esta sintomatolo- gía aparece como consecuencia de unas excesivas demandas de energía, «fuerza espiritual» o re- cursos personales por parte del trabajo que desarrolla”. Y es que, en sus inicios y toda- vía hoy, el burnout fue un con- cepto muy asociado al ámbito laboral. Un síndrome que ponía nombre científico al coloquial “estar quemado” y que, según De los Fayos Ruiz, se caracteriza por síntomas como “abatimien- to, desorganización personal, desgana hacia el trabajo, niveles altos de ansiedad” y un distan- ciamiento personal que afecta también a compañeros de traba- jo y a la propia familia: “Es un de- terioro personal que va calando en forma de lluvia en todos los contextos en los que se desen- vuelve el afectado”. Sin embargo, hoy el concepto de burnout también engloba ám- bitos ajenos al laboral. Y también afecta a los niños, aunque su diagnóstico sea más dificultoso por la forma en que éstos enmas- caran, sin intención alguna, sus síntomas. “La propia dinámica de actividad de los niños enmasca- ra el burnout. Los niños, al final, suelen ser personas muy activas, que juegan, que se relacionan, todo lo contrario de lo que se espera de un adulto quemado”, sostiene el experto, que apunta que en los niños, ese “estar que- mado”, puede apreciarse en sín- tomas como la hiperactividad o la agresividad. de los casos hablaríamos de un porcentaje de entre el 10 y el 12 por ciento de la población”. Pocos datos “Lo que resulta lamentable es que dicho fenómeno se ocasione en contextos en principio bené- volos para el niño: el educativo y el deportivo”, sostiene Enrique Javier de Los Fayos Ruiz en su artículo. Circulan artículos por la red que hablan de tasas de burnout de entre el 30% y el 40%. Nada más lejos de la realidad porque como apunta el profesor de la Univer- sidad de Murcia, en ese caso es- taríamos hablando de “una pan- demia”. Para De los Fayos Ruiz, este baile de cifras erróneo se debe a dos motivos. Por un lado, a la confusión existente entre depre- sión y burnout. Por otro a que se toma una de las fases del síndro- me, la inicial, la de agotamiento emocional, por el todo. Sin em- bargo, tras esa primera fase hay otras dos: “La segunda, muy dura, es la de la despersonalización, es decir, la de distanciamiento emo- cional, de necesitar estar solo. Y finalmente hay una tercera fase de reducida realización personal. Los que llegan a este nivel, que es lo que conocemos como bur- nout, son los menos. En el peor En el caso de los niños las ci- fras son similares, “porque al final el burnout no deja de ser senti- mientos que se disparan por un elemento subjetivo, la presión”, y varían precisamente en función de la presión a la que son some- tidos los niños y de la capacidad que tienen éstos para gestionar- la. “Quemados” en la escuela… No en vano, el psicólogo nor- teamericano William J. Knaus, en un artículo de 1985 titulado Stu- dent burnout -a rational emotive education treatment approach, planteaba ya que el burnout en estudiantes era “un síndrome subestimado” por la investiga- ción que sin embargo se presen- taba “potencialmente peligroso y pernicioso en niños en edad es- colar”. Según Knaus, entre un 10 y un 25 por ciento de los niños en la escuela sufren burnout. Una situación que, para De los Fayos Ruiz, no ha mejorado desde en- tonces. “Hoy los niños tienen una pre- sión altísima desde el instituto. Saben que como no consigan ENERO 2019 • mama • 59