[ UN PROYECTO BAJO EL BRAZO ]
encuentran la seguridad (“Su tiro especial en for-
ma de elipse garantiza la seguridad del niño ya que
impide el deslizamiento hacia el interior”); que está
realizado con micro-fibra antialérgica y lavable en
lavadora para que siempre esté libre de ácaros; que
la fabricación se hace en España con materiales de
primera calidad cumpliendo los estrictos controles
de calidad y la legislación laboral española.
Y, por supuesto, la calidad de sus tejidos, al-
godón 100% con certificación OEKO TEX, que
garantiza que en su proceso de fabricación y
tintado todos los componentes están libres de
tóxicos y no son perjudiciales para el medio ambien-
te. “Los niños duermen en un saco en contacto di-
recto con su piel y los niños chupan y tocan todo, así
que la confianza y la garantía en el producto debe
ser total”, añade Cristina.
EMPRENDER SIENDO MADRE
La fundadora de Norkid trabajó por cuenta ajena
hasta que su hija tuvo 5 años y su proyecto des-
pegó, así que conoce las dos caras de la moneda y
puede opinar con objetividad. En ese sentido, re-
conoce que emprender y asumir la responsabilidad
de un proyecto propio “hace que el nivel de trabajo,
la responsabilidad y las preocupaciones sean más
altas”. En cambio, y como contrapunto, emprender
tiene el beneficio para ella de que puede adaptar
sus horarios a la vida de sus hijos, a la escuela, y a
otras necesidades de los pequeños.
No obstante, reconoce que la experiencia ha fun-
cionado en su caso por el compromiso y el apoyo
de su pareja: “Hemos sido dos para sacar adelante
nuestra casa, la educación de nuestra hija, y nues-
tras respectivas profesiones. Hemos asumido desde
el primer momento que es una cosa de dos en toda
la amplitud de responsabilidades y labores”.
Dado que afirma que emprender le ha permitido
ajustar sus horarios a los de sus hijos, preguntamos
a Cristina de Rojas si diría que ser la responsable
de su propia empresa le permite conciliar mejor su
vida laboral y familiar o, igualmente, sigue siendo
una utopía. “Es una utopía, el sistema no interviene
en ninguna de las circunstancias laborales existen-
tes, ni por cuenta ajena ni con un negocio propio.
No se implica ni asume que para sacar adelante a
los bebés y a los niños hay que cambiar el sistema.
“La verdad es que no
sé cómo me atreví a
hacer una cosa así. Un
ataque de locura se
apoderó de mí llevada
por el entusiasmo
de que otras madres
supieran lo que era
descansar y solucionar
algo tan sencillo”
Las horas de trabajo, descanso y dedicación fami-
liar no cuadran nunca”, argumenta.
Aceptada la utopía, en Norkid solo piensan en “me-
jorar siempre” y en darse a conocer en otros países.
Y lo intentarán como lo han hecho hasta ahora, “con
mucho trabajo, dedicación, ganas, y buenas relacio-
nes”. Y sin pensar en el éxito, un concepto en el que
Cristina no cree. “Es un término muy complejo que
depende de muchas variables; además, es una per-
cepción de otros sobre algo o alguien, más que una
realidad”, concluye. ■
ENERO 2019 •
mama
• 53