Madresfera Magazine 19 - Enero 2019 | Page 41

[ BLOGUEROS EXPATRIADOS ] Raquel García, diseñadora web y blogger en Las aventuras de Taisa, ha encontrado en Alemania mayores posibilidades laborales, pero también su hogar. Raquel García llegó hace cuatro años a Alemania junto a su pareja y su primer hijo. Buscaban mayores posibi- lidades laborales y allí las han encontrado. También su sitio, tanto que ella no se plantea volver a España. Eso sí, también reconoce esta valenciana, diseñadora web y madre de dos hijos, que el camino no ha sido fácil: el idioma, el choque cultural y una excesiva burocracia pusieron a prueba a esta familia. Una vez superados los baches, todo ha ido sobre ruedas. PREGUNTA: Llegaste en 2015 a Alemania junto a tu marido y tu primer hijo, ¿qué os llevó hasta allí? RESPUESTA: Mi marido decidió continuar sus estudios. Su objetivo era hacer un doctorado con la idea de llegar a ser profesor de universidad. Cuando empezó a ver sus opciones en España se dio cuenta de que eran muy pocas y muy mal pagadas. Al final tuvimos que abrir miras a Europa, y en Bremen fue donde encontró su oportunidad. P: Supongo que los primeros meses sobre todo serían los más caóticos. ¿Qué es lo que más te costó al prin- cipio del cambio? R: Lo más complicado fue el idioma. Nosotros no ha- blábamos nada de alemán; yo empezaba de cero y mi marido apenas había hecho un curso en la escuela de idiomas. Es lo más típico a destacar entre los expats que venimos a Alemania. El alemán es un idioma muy difícil, incluso los propios alemanes lo saben, y tampoco es fácil comunicarse en inglés. Eso sí, una vez empiezas a “defenderte” lo tienen muy en cuenta. Son mucho más agradables cuando ven que estás haciendo el esfuerzo de aprenderlo. También hay mucho choque cultural. Algunos para bien pero otros no tanto. Por ejemplo, a mí me gustó mucho ver el estilo de crianza que ya se “llevaba” en aquel entonces en mi ciudad era más cercano a una crianza respetuosa en todos los aspectos (el trato a los niños, el respeto por sus ritmos, más comunica- ción y menos gritos). Pero me ha chocado lo cuadri- culados que son aquí. Es uno de los tópicos sobre los alemanes que se suelen decir y es cierto. También la burocracia que tienen para todo hace que a veces sea complicado. Todo se tiene que hacer dentro de las normas y siguiendo los procesos correspondien- tes. Y en caso de duda, no se la juegan. Así nos pasó, que otro de los grandes problemas que tuvimos fue conseguir conexión a internet. Yo lo necesitaba para trabajar y fue muy complicado. P: Has mencionado el tema del estilo de crianza. ¿Cómo es la crianza allí en general? R: La verdad es que en estos cuatro años que llevamos fuera creo que han cambiado mucho las cosas. Cuando nació mi hijo mayor en España, apenas empezaba a darse a conocer la idea de crianza con apego, respetuo- sa o la educación basada en Montessori. Quien seguía estas ideas hace cinco años se consideraba “alternativo” y que iba a contracorriente. En Alemania ya llevaban tiempo siguiendo estas ideas, y cuando nos fuimos sí que noté mucho la diferencia. Y me sentí muy cómoda. En Alemania ya no me sentía tan rara ni tenía que estar justificándome. Sin embargo, también tengo que reconocer que he ido viendo cambiar a mejor la corriente también en España. El punto que siempre pongo como ejemplo es el ambiente en los parques. Y de cómo eran las cosas en el barrio de Valencia donde yo vivía cuando mi hijo era pequeño, a lo que he visto por ejemplo el pasado verano. ENERO 2019 • mama • 41