[ BLOGUEROS EXPATRIADOS ]
Raquel García, diseñadora web y blogger en
Las aventuras de Taisa, ha encontrado en
Alemania mayores posibilidades laborales,
pero también su hogar.
Raquel García llegó hace cuatro años a Alemania junto
a su pareja y su primer hijo. Buscaban mayores posibi-
lidades laborales y allí las han encontrado. También su
sitio, tanto que ella no se plantea volver a España. Eso
sí, también reconoce esta valenciana, diseñadora web
y madre de dos hijos, que el camino no ha sido fácil:
el idioma, el choque cultural y una excesiva burocracia
pusieron a prueba a esta familia. Una vez superados los
baches, todo ha ido sobre ruedas.
PREGUNTA: Llegaste en 2015 a Alemania junto a tu
marido y tu primer hijo, ¿qué os llevó hasta allí?
RESPUESTA: Mi marido decidió continuar sus estudios.
Su objetivo era hacer un doctorado con la idea de llegar
a ser profesor de universidad. Cuando empezó a ver
sus opciones en España se dio cuenta de que eran muy
pocas y muy mal pagadas. Al final tuvimos que abrir
miras a Europa, y en Bremen fue donde encontró su
oportunidad.
P: Supongo que los primeros meses sobre todo serían
los más caóticos. ¿Qué es lo que más te costó al prin-
cipio del cambio?
R: Lo más complicado fue el idioma. Nosotros no ha-
blábamos nada de alemán; yo empezaba de cero y mi
marido apenas había hecho un curso en la escuela de
idiomas. Es lo más típico a destacar entre los expats
que venimos a Alemania. El alemán es un idioma muy
difícil, incluso los propios alemanes lo saben, y tampoco
es fácil comunicarse en inglés. Eso sí, una vez empiezas
a “defenderte” lo tienen muy en cuenta. Son mucho más
agradables cuando ven que estás haciendo el esfuerzo
de aprenderlo.
También hay mucho choque cultural. Algunos para
bien pero otros no tanto. Por ejemplo, a mí me gustó
mucho ver el estilo de crianza que ya se “llevaba” en
aquel entonces en mi ciudad era más cercano a una
crianza respetuosa en todos los aspectos (el trato a
los niños, el respeto por sus ritmos, más comunica-
ción y menos gritos). Pero me ha chocado lo cuadri-
culados que son aquí. Es uno de los tópicos sobre los
alemanes que se suelen decir y es cierto. También la
burocracia que tienen para todo hace que a veces
sea complicado. Todo se tiene que hacer dentro de
las normas y siguiendo los procesos correspondien-
tes. Y en caso de duda, no se la juegan. Así nos pasó,
que otro de los grandes problemas que tuvimos fue
conseguir conexión a internet. Yo lo necesitaba para
trabajar y fue muy complicado.
P: Has mencionado el tema del estilo de crianza.
¿Cómo es la crianza allí en general?
R: La verdad es que en estos cuatro años que llevamos
fuera creo que han cambiado mucho las cosas. Cuando
nació mi hijo mayor en España, apenas empezaba a
darse a conocer la idea de crianza con apego, respetuo-
sa o la educación basada en Montessori. Quien seguía
estas ideas hace cinco años se consideraba “alternativo”
y que iba a contracorriente. En Alemania ya llevaban
tiempo siguiendo estas ideas, y cuando nos fuimos sí
que noté mucho la diferencia. Y me sentí muy cómoda.
En Alemania ya no me sentía tan rara ni tenía que estar
justificándome.
Sin embargo, también tengo que reconocer que he
ido viendo cambiar a mejor la corriente también en
España. El punto que siempre pongo como ejemplo
es el ambiente en los parques. Y de cómo eran las
cosas en el barrio de Valencia donde yo vivía cuando
mi hijo era pequeño, a lo que he visto por ejemplo el
pasado verano.
ENERO 2019 •
mama
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