Riva, profesor de la Universidad de
Cantabria y experto en nuevas
tecnologías en educación, que
compara estos programas educa-
tivos con construir una barriada
nueva y no ponerle carreteras.
“La mayoría de los cen-
tros tienen problemas
de Wifi, una conexión
que no soporta a 35
chavales a la vez co-
nectados; hay pro-
gramas que han
tenido un montón
de
problemas
para la carga de
baterías; y una de
las cosas más im-
portantes es el
tema del software.
Yo te puedo regalar
un coche, pero si no
tiene motor… Y no me
refiero a un software con
cosas que puedes ver en
un libro, eso no tendría senti-
do, sino para sacar provecho a
las posibilidades que te ofrece
una pantalla: el movimiento, la in-
teracción con elementos… La tec-
nología tiene que ser un comple-
mento de la educación, no un fin”,
argumenta.
FORMACIÓN Y PLANIFICACIÓN
COMO BASE
Dos de los elementos destacados
por la investigación llevada a
cabo en Cataluña para explicar el
fracaso del programa Un portátil
por niño remitían a la falta de pre-
paración del profesorado y de los
propios centros para asumir su
aplicación. “La tecnología es un
elemento indispensable, sin duda,
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•
mama
• ENERO 2019
pero las escuelas deben estar de-
bidamente equipadas y los profe-
sores suficientemente instruidos.
“Si tú metes
tecnología y
los profesores
no tienen una
formación
pedagógica
adecuada, no te
va a funcionar”
Los alumnos ya lo están, es impa-
rable la introducción de la tecno-
logía en el mundo educativo y no
negamos su utilidad, pero cual-
quier cambio o adaptación debe
estar reforzado por formación y
equipamiento”, afirma Toni
Mora.
“¿Quién te va a decir
que no? ¿Quién se va a
negar a la tecnolo-
gía?”, se pregunta
por su parte Juan
Amodia, que consi-
dera que éste, el de
la implantación tec-
nológica en las au-
las, “es un tema que
renta políticamen-
te”, pero que precisa
que “las flechas cam-
bien de dirección”, es
decir que no vayan de
las Consejerías de Educa-
ción a los centros, sino al re-
vés. “Estos programas hay que
diseñarlos desde los centros por
gente que trabaja cara a cara con
los alumnos, que los conoce, que
ve las dificultades. No pueden ser
diseñados desde despachos. Hay
que hacer estudios piloto en cole-
gios, ver los problemas que dan
los portátiles, las tabletas y las pi-
zarras digitales. Problemas que, si
logras solucionar, te permitirán
sacar partido a la tecnología”, ar-
gumenta.
El profesor de la Universidad de
Cantabria se pregunta también
por los docentes (“¿Cuántos pro-
fesores habrán considerado que
la tecnología es un problema?”), a
quienes, como experto, forma en