Una pregunta antes de usar la tecnología:
¿En persona es viable o no?
“Pienso que la innovación educativa hoy en
día pasa por quitar pantallas, no por poner.
Los niños pasan horas y horas ante pantallas
portátiles y ante televisión a la carta. En las
escuelas lo que hay que hacer es sacarlos a la
calle”, afirma tajante Juan Amodia, que desta-
ca también el papel de los centros educativos
para recuperar “el cara a cara, la dimensión so-
cial, el hacer cosas juntos”, que en su opinión
se está perdiendo en un mundo que camina
cada vez más hacia el individualismo: “Tene-
mos que cometer errores en las relaciones so-
ciales, porque si no tenemos relaciones socia-
les y no cometemos estos errores no
aprendemos”.
El experto en nuevas tecnologías aplicadas a
la educación también refiere otro aspecto ne-
gativo de utilizar la tecnología como única
herramienta: el disco duro externo con el
que hoy cuentan los estudiantes. “Los ni-
ños y jóvenes de hoy no aprenden cosas
porque saben que están ahí afuera, a golpe
de clic, pero nunca las buscan. Ellos están
tranquilos porque la respuesta está por
ahí, pero ni la saben ni la quieren saber. No
se puede perder esa habilidad mental, ese
querer saber”, argumenta.
Y Amodia, insiste, no aboga por renuncia a la
tecnología. De hecho, asegura, él la utiliza de
forma frecuenta en el aula con sus alumnos, a
quienes permite usar móviles, tabletas y por-
tátiles para tomar apuntes y consultar en la
red lo que él les va explicando; y con quienes
busca información en Google, hace llamadas
por Skype o realiza visitas virtuales a museos
internacionales.
“Yo siempre aconsejo hacerse una pregunta:
¿En persona es viable o no? Si no es viable, la
tecnología te va a ayudar, por supuesto. Pero
siempre que se pueda debe primar el cara a
cara, la relación entre personas. La tecnología
no puede sustituir a las cosas reales, a lo que
está a nuestro alcance”, concluye.
ENERO 2019 •
mama
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