Madresfera Magazine 15 - Marzo 2018 | Page 7

[ LA COLUMNA FUCSIA ] Prestar atención Lo vivo, lo siento, lo pienso... y a veces lo escribo. Echo de menos. Peliculeo de más. «Never explain, never complain». Mis hijos y yo llevamos a cabo un pequeño ritual cada vez que se van a dormir: ellos beben agua; yo les dibujo las líneas de la cara; y todos nos aseguramos de que tienen los peluches con los que duermen. La otra noche, al acostar a Bruno, mientras ajustaba el edredón para que no pa- sara frío, encontré su imprescindible elefante a los pies de la cama. Se lo acerqué sin más y él, que llevaba un rato buscándolo, dijo con una sonrisa en la cara: —Te das cuenta de todo, mamá. En ese momento fui yo la que no pudo evitar sonreír. Especialmente por- que al señalarlo él demostró que también se da cuenta de las cosas. Esto que me dijo Bruno sobre la capacidad de observación es lo que la filóso- fa francesa Simone Weil llama atención, la madre de todas las virtudes. El libro Biografía del silencio de Pablo D’Ors, un breve ensayo sobre el si- lencio y la meditación al que acudo de tanto en tanto por lo balsámico de su lectura para mí, cuenta lo siguiente: «Durante el primer año, estuve muy inquieto cuando me sentaba a meditar: me dolían las dorsales, el pecho, las piernas… A decir verdad, me dolía casi todo. Pronto me di cuenta, sin embargo, de que prácticamente no había un instante en que no me doliera alguna parte del cuerpo; era solo que cuando me sentaba a meditar me hacía consciente de ese dolor. Tomé entonces el hábito de formularme algunas pre- guntas tales como: ¿qué me duele?, ¿cómo me due- le? Y, mientras me preguntaba esto e intentaba responderme, lo cierto era que el dolor desapa- recía o, sencillamente, cambiaba de lugar. No tardé en extraer de esto una conclusión: la pura observación es transformadora; como diría Si- mone Weil –a quien empecé a leer en aquella época–, no hay arma más eficaz que la atención». Prestar atención es mi manera de estar en el mundo. Observar me conduce al asombro, y hay pocas cosas que me hagan más feliz que dejarme asombrar. Mirar y sonreír, esa es la clave para la transformación según Pablo D’Ors: justo lo que hacemos Bruno y yo. ■ lacolumnafucsia.com MARZO 2018 • mama • 7