[ UN VISTAZO FUERA ]
oficina en casa. Así que, en apariencia, quedarme
en casa cuidando de mi hijo no implicaba realizar
cambios drásticos en mi estilo de vida, como quizá
hubiese sido el caso al renunciar a un empleo.
AC: Dices “en apariencia”. Luego la realidad es otra
cosa, ¿verdad?
A: Desde mi ingenuidad de madre primeriza confieso
que albergaba la ilusa idea de que después de que mi
hijo naciera podría atender a cabalidad y sin compli-
caciones estas dos facetas: ser madre (como activi-
dad principal, por supuesto) y continuar ejerciendo
mi profesión.
La realidad a la que me enfrenté durante los pri-
meros años de vida de mi hijo es que él requirió de
toda mi atención y, por ende, tuve que disminuir
sustancialmente mi actividad profesional. Durante ese
tiempo mi esposo se encargó de llevar la dirección
de nuestro emprendimiento, por supuesto, estando
ambos de acuerdo y convencidos de nuestra decisión.
Recientemente, he empezado a reintegrarme poco a
poco a mis labores.
AC: Te defines como “una convencida” de la impor-
tante de tu presencia a tiempo completo en la vida
de tu hijo.
A: Sí, especialmente en estos primeros años cuando
sus cuidados básicos requieren de tanta delicadeza y
atención y, además, se están cimentando sus cone-
xiones emocionales y construyendo sus relaciones
fundacionales con el mundo que lo rodea. Para mí,
el amor es el fundamento de la vida, siendo el senti-
miento determinante para cimentar nuestros afectos,
proporcionándonos la seguridad y la confianza que
nos permiten descubrir, aprender y explorar el mundo
con tranquilidad y sintiéndonos respaldados. Sé que
nuestra presencia continua y el amor que le prodiga-
mos a nuestro hijo le reportan beneficios incalcula-
bles: así me lo confirman los resultados que observo
en su desarrollo y en su conducta.
AC: Dedicas un post a contar tu experiencia como
madre a los 40. ¿Qué dirías que es lo mejor de haber
sido madre a esta edad?
A: Considero que ser madre a los 40 años posee va-
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mama
• MARZO 2018
“Siempre tuve
claro que cuando
llegara el momento
de convertirme en
madre quería estar
muy presente en la
vida de mi hijo”
rios aspectos positivos. En mi caso, destacaría como
el mejor y más valioso de esos aspectos el poder
aportar el conjunto de experiencias, aprendizajes y
conocimientos adquiridos en el transcurso de mi vida
a la formación y educación de mi hijo. Ese conjunto
de experiencias da forma a la mujer que soy hoy en