Madresfera Magazine 15 - Marzo 2018 | Page 35

EL DUELO TRAS LA MUERTE DE UN HIJO • EL EXPERTO • Mercé Castro. Periodista y escritora. En 1998 perdió a su hijo Ignasi en un accidente de tráfico. Desde entonces ha publicado tres libros (Volver a vivir, Palabras que consuelan y Dulces destellos de luz), es autora del blog Como afrontar la muerte de un hijo y acompaña con su experiencia a padres y madres que pasan por este duro trance. No estamos preparados para ha- blar de la muerte. ¿Lo estamos me- nos aún para hablar de la muerte de un hijo? Sí, muchísimo menos. La muerte de un hijo asusta tanto que general- mente se hace un silencio en torno a ella. Pero fíjate que la muerte no en- tiende de un orden cronológico. A nosotros nos gustaría que se murie- se primero la gente muy viejecita, pero esto no va así. Cada día, des- graciadamente, mueren muchos ni- ños y adolescentes y los padres y las madres que perdemos a nues- tros hijos necesitamos desespera- damente hablar de sentimientos, de nuestros hijos y encontrar herra- mientas que nos ayuden a salir de este horror. Por otro lado, sin embargo, de for- ma tímida se va hablando más de la muerte y se va viendo en los medios de comunicación. Eso nos ayuda a todos, porque todos tenemos fecha de caducidad. En 2018 se cumplen dos décadas de la muerte de tu hijo Ignasi. ¿Se supera en algún momento este do- lor o simplemente se aprende a vi- vir con él? El tiempo por sí solo no te ayuda a superarlo, pero lo que haces con y durante este tiempo sí que te ayuda a trascender el dolor y a aumentar “Que se hable más de la muerte nos ayuda a todos, porque todos tenemos fecha de caducidad” tu capacidad de aceptación de la vida y del amor. Sin amor no se pue- de superar la muerte de un hijo. Aunque de entrada la palabra supe- rar no creo que sea la más adecuada para la muerte de un hijo, porque remite a algo que tenemos que olvi- dar y un hijo no se olvida nunca. Pero sí es posible recordarlo no des- de el dolor, pero sí desde la alegría por haber compartido parte de nuestras vidas con él. Siempre cuentas que los primeros tres meses tras el fallecimiento de tu hijo estabas en shock. ¿Qué te ayudó a salir de ese estado? Me ayudaron muchas cosas y mucha gente, pero visto en perspectiva creo que hay una fuerza interior que te ayuda a encarar los momentos duros de la vida. Una fortaleza que nadie sabe que tiene hasta que no la tiene que emplear. El estado de shock no es más que una defensa de nuestro cuerpo porque hay algo muy traumático que no nos es posi- ble asimilar de primeras, así que ne- cesitamos un tiempo para ir conec- tando despacio con esa realidad. En ese tiempo duermes de día, te des- piertas de noche, no tienes hambre… Es un estado que te mantiene un poco apartado de la vida para que tú puedas ir poco a poco conectan- do con ese dolor tan inmenso. En tu último libro, Dulces destellos de luz, hablas de esas pequeñas cosas que te hicieron ir saliendo del pozo en el que te habías hundi- do tras la muerte de Ignasi. ¿Hay que estar abierto a sentir esos dul- ces destellos de luz? Durante los primeros tiempos, que pueden ser meses o años, ya que cada uno tiene el suyo, uno decide internamente si quiere seguir hacia adelante o no. No es algo que haga- mos de forma consciente. Y cuando uno, no sabe cómo, quiere de algu- na forma volver a la vida, ya hay mu- cha parte hecha y entonces es má s fácil abrirte. Es algo empírico: pue- des constatar lo que te va bien y lo que te va mal como nunca antes ha- MARZO 2018 • mama • 35