La muerte de un hijo es una de las
experiencias más devastadoras
y dolorosas a las que se puede
enfrentar un ser humano. Un dolor
que se ve acentuado por el tabú
que rodea a la muerte, sobre
todo cuando ésta tiene rostro
de niño o adolescente, cuando la
muerte rompe con el ciclo natural
de la vida, ese que dicta que lo
normal es que nuestros hijos
nos entierren a nosotros. Por
desgracia, no siempre pasa así.
26
•
mama
• MARZO 2018