[ BLOGUEROS EXPATRIADOS ]
S
er la mayor de cinco hermanos y haber vivi-
do en la ciudad de Barcelona durante toda
su vida (primero en el barrio del Eixample,
después en Gràcia y por último en Sants)
la marcaron inevitablemente a nivel perso-
nal y laboral. Con 35 años y su propia familia creada,
Lidia Monfort se lanzó con su entonces pareja a buscar
nuevas oportunidades laborales en Europa. Así llega-
ron a la ciudad noruega de Trondheim, donde residen
en la actualidad, una ciudad con 190.000 habitantes y
rodeada de naturaleza.
De profesión abogada con especialidad en el área
inmobiliaria ha trabajado tanto en el ámbito privado
como en el público en vivienda social en Barcelona,
pero desde que reside en Noruega explica que ha
tenido que reinventarse, “pues los sistemas jurídicos de
ambos países son diferentes”. Y lo ha hecho por todo
lo alto pese que estos cuatros años y medio en Trond-
heim hayan sido una montaña rusa de momentos,
vivencias y sentimientos.
Diana Oliver: En junio de 2013 emprendéis viaje a
Noruega con el objetivo de empezar una nueva vida.
Cuéntanos, ¿qué os lleva hasta el país nórdico?
Lidia Monfort: Mi entonces pareja y yo habíamos
hablado algunas veces de lo emocionante que sería
poder vivir en otro país. Era un sueño conjunto, aun-
que el empujón definitivo para emigrar vino dado por
la falta de trabajo. De profesión ingeniero informático,
mi anterior compañero se quedó en el paro en el 2012.
La cosa estaba difícil en Barcelona. Entonces empezó
a buscar oportunidades en otros países de Europa
donde podía haber una buena calidad de vida para
una familia. Después de unos meses y varias entrevis-
tas, una empresa noruega le ofreció un contrato de
trabajo como ingeniero en Trondheim. Él se mudó en
febrero de 2013 y los niños y yo nos trasladamos allí
tres meses después.
DO: ¿Qué valoración haces de este tiempo viviendo
en otro país y otra cultura?
LM: La valoración general es buena. Me enamora la
conexión que los noruegos tienen con la naturaleza
y el respeto entre la gente. Otra de las ideas que me
engancha a vivir aquí es la carencia prácticamente
absoluta de jerarquía en todos los ámbitos. Tu opinión
es igual de importante que las de los demás y esto
se aplica también en el ámbito laboral. Los jefes se
ENERO 2018 •
mama
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