Madresfera Magazine 13- Noviembre 2017 | Page 7

[ LA COLUMNA FUCSIA ] Lo vivo, lo siento, lo pienso... y a veces lo escribo. Echo de menos. Peliculeo de más. «Never explain, never complain». Que viva la autoestima Cuando Mónica me pidió la columna para el siguiente número de la revista, pasé unos días preguntándome sobre qué tema escribir. A veces, cuando es- toy bloqueada y no vienen las ideas, recurro a mis amigos para encontrar ins- piración. Pensé en una amiga, psicóloga especializada en niños y adolescentes: «Oye, Pili, ¿se te ocurre algún tema sobre el que pueda escribir para la revista de Madresfera?». Durante la conversación relacionó la salud mental de los ado- lescentes y la palabra de moda, autoestima. ¿Quién no la lee al menos una vez a la semana en algún artículo, tuit o mensaje publicitario tipo Mr. Wonderful? Reconozco que arrugué la nariz al tropezarme otra vez con el dichoso término, pero también respiré aliviada al encontrar una idea. Pensé en mi nivel de autoestima cuando era adolescente. Al instante se me quitaron las ganas de recordar aquellos maravillosos años en los que ni siquie- ra tenía ni idea de que existía esa palabra. Solo sabía que me sentía fea y gorda, poco interesante, acomplejada por ser la lista de la clase. Era teme- rosa y retraída. Afortunadamente, mi baja autoestima adolescéntica no trajo ninguna consecuencia negativa en aquella época: no me dio por dejar de comer para gustar más a los chicos o por estudiar menos para que los guays de la clase no me contemplaran con recelo. Por qué yo me salvé y otros adolescentes no lo lograron es una pregunta a la que no sé responder. Pero sí que creo co- nocer qué debo hacer ahora, como madre, para evitar esos comportamientos en mis hijos, para cuidar su salud mental de la misma manera que cuido su alimentación o les incito a practicar deporte: observar y pregun- tar. Observar cómo se visten, cómo y con quién ha- blan. Preguntar (que no fiscalizar, sino mostrar inte- rés) cómo se encuentran, qué les ha puesto tristes o contentos, qué tal les ha ido el día. Ah, y se me olvi- daba, dar ejemplo cuidando mi propia autoestima. Llamé de nuevo a Pili: «¿Te parece bien cómo lo he enfocado?». «No está mal, Mari. Pero no te pases con lo de preguntar, que te conocemos». Un brindis por las amigas psicólogas. ■ lacolumnafucsia.com NOVIEMBRE 2017 • mama • 7