Madresfera Magazine 13- Noviembre 2017 | Page 62

[ CULTURETA ] Adrián Cordellat: Escribes en el libro: “A través de la crianza, cada sociedad transmite sus valores sub- yacentes”. ¿Qué valores estamos transmitiendo en España, en particular, y en Occidente en general? María José Garrido: En Occidente los valores predo- minantes, en general, están relacionados con el indi- vidualismo, la competitividad, la propiedad privada y la independencia. Estos principios se reflejan en el modelo de crianza y de educación, que fomenta ciertos comportamientos en detrimento de otros. En nuestra forma de educar aún predomina el valor de la obediencia, la uniformi- dad (todos los niños deben aprender lo mismo al mismo tiempo), la aceptación de la autoridad de padres y pro- fesores, la ausencia de ca- pacidad crítica y la jerarquía basada en el adultocentris- mo. Todo esto no es casual, cada sociedad busca un tipo de individuos y los forma a través de la crianza. El pro- blema es que estos valores, y su correspondencia en el modelo educativo, pertene- cen a una sociedad que ya no existe: la sociedad del siglo XIX, que necesitaba obreros para sostener la producción de las fábricas que surgieron de la revo- lución industrial. Sin embargo, este modelo no tiene relación con la sociedad del siglo XXI, cuyos funda- mentos se basan en la creatividad, innovación, aser- tividad, capacidad de adaptación o resolución de problemas. Por eso, estamos viviendo un momento de cambio y revolución en la forma de entender la infancia, la maternidad y la educación en nuestra so- ciedad. libro que nuestro modelo de crianza constituye una confrontación con la biología… MJ: Cierto, las inve stigaciones de la etnopediatría, que reúne a especialistas de psicología, antropolo- gía y biología, demuestran que en otras partes del mundo (no olvidemos que las sociedades industria- lizadas constituyen un tercio del mundo, ni siquiera somos mayoría) los adultos tratan de forma diferente a los niños, respetando sus necesidades y facilitando su autonomía cuando están preparados. Excepto en nuestra cultura, lo habitual en el mundo es el sue- ño en compañía, la lactancia materna durante años y lle- var a los niños en brazos has- ta que comienzan a andar. Los niños forman parte de la comunidad y están integra- dos en la vida social desde que nacen. Así ha debido ser a lo largo de la historia de la humanidad. En contraposi- ción, el modelo de crianza en Occidente se caracteriza por forzar la independencia y au- tonomía de los bebés, cuan- do sus necesidades, desde el punto de vista biológico y emocional son la depen- dencia, el contacto físico, la lactancia a demanda y la proximidad para establecer un apego adecuado. Para ello usamos todo tipo de tecnología: carros de bebé de última generación, hamacas con mando a distancia para mecerlos a distinta velocidad, objetos de apego que reproducen el sonido del útero ma- terno, videocámaras digitales. Un sinfín de artefactos que nos permiten criar a los bebés sin nuestra pre- sencia cercana, que es justo lo único que realmente necesitan. Por eso es necesaria una perspectiva bio- cultural de la crianza infantil. “Nuestra forma de vida, que trasladamos a la infancia, condiciona el grado de desarrollo, salud y enfermedad de los niños” AC: Vivimos en Occidente y durante mucho tiempo nos hemos creído el ombligo del mundo, el lugar donde estaba toda la sabiduría. Sin embargo, la et- nopediatría ha puesto esto en entredicho, al menos en lo referente a la crianza de los niños. Dices en el 62 • mama • NOVIEMBRE 2017 AC: ¿Qué consecuencias tiene ese desequilibrio entre nuestro modelo de crianza y las necesidades biológicas de los niños en la salud de éstos, que se- rán los adultos del mañana?