Madresfera Magazine 13- Noviembre 2017 | Page 33

propia persona o bien ejercida sobre su madre . Y esto tiene un impacto negativo sobre esos niños en todos los niveles de su desarrollo . Según el informe ' En la violencia de género no hay una sola víctima ', elaborado por Save The Children en 2011 , lo más preocupante es que no siempre se percibe así ni siquiera por las propias madres , especialmente cuando se trata de violencia verbal o cuando los niños no han sido testigos directos de los episodios de violencia , ya que se convierte así en una violencia invisibilizada . En muchas ocasiones , no es hasta que llega la violencia física o hasta que la violencia se manifiesta delante de los niños , o incluso cuando se ejerce directamente contra ellos , cuando esas mujeres comienzan un proceso de concienciación que las lleva a comprender que la violencia que están viviendo sí que está afectando a sus hijos .
LOS HIJOS COMO HERRAMIENTA PARA HACER DAÑO En los casos de violencia de género , en la mayoría de ocasiones el agresor convierte a los menores en una herramienta para hacer daño a sus madres . Lo sabe Susana Martínez Novo , presidenta de la Comisión de Malos Tratos nacida en 1977 , para quien “ los hijos se utilizan como medio tanto para evitar la ruptura familiar al inicio , como para negociar e imponer sus condiciones durante el proceso de separación , y finalmente para continuar ejerciendo el control sobre la víctima una vez producida la ruptura ”.
Cuando el segundo hijo de Natalia cumplió el año comenzó lo que ella define como “ la auténtica pesadilla ”. Fue entonces cuando se sucedieron

" Los niños que viven situaciones de violencia de género en el hogar también son víctimas "

cientos de episodios de violencia verbal , rotura de objetos e incluso amenazas que desembocaron en una nueva separación : “ Tras una pelea me arrastró por la escalera hasta la calle haciéndome varios moratones . Logré volver a subir a mi casa y él llamó insistentemente a la puerta diciendo que por favor le abriéramos , que sólo quería hablar y darle un beso a la niña . Me convenció y al abrir la puerta se llevó a la niña corriendo ; pero antes de que viniera la policía ya había subido la niña contando que papá me quería mucho y que por favor le perdonara . Al principio no quise denunciar , pese a que me llamaba a todas horas y me perseguía para que volviera con él . Llegó un punto en el que pensé era mejor acostumbrarme a ese carácter y aguantar callada a denunciar y que entrara en la cárcel . Pero la cosa empezó a ir a mucho peor cuando firmamos la custodia y me la dieron a mí : se presentaba en la puerta del portal a cualquier hora del día o de la noche con la excusa de ver a los niños , insistía en que quería la custodia compartida , empezó a perseguirme con el coche , sabía todo lo que hacía , ponía en peligro mi vida y la de los niños continuamente con cosas como ponerse con su coche delante de mi coche para bloquearme el paso cuando iba conduciendo . Cada vez que llegaba a casa iba aterrada por si aparecía por sorpresa . Siempre me amenazaba diciendo que fuera a la policía a denunciarle pero que si entraba en la cárcel , también saldría ...”.
Insisten desde la Asociación Española de Madres Separadas en que hay que tener cuidado con los sistemas de custodia que se aplican tras separaciones donde media la violencia de género porque en muchos de ellos se solicita una custodia compartida simplemente por seguir obteniendo el control sobre la otra persona . “ Es cierto que la ley nos dice que si hay condena por violencia de género no se puede optar a la custodia , pero en la práctica sabemos que en muchos casos sí se está concediendo . Es necesario blindar un poco ese apartado y que no quede tanto a la libre decisión de los jueces , que por desgracia no siempre se acierta , y son los menores los que quedan expuestos ”, señalan .
Para Débora Martínez , abogada especializada en Derecho de familia
NOVIEMBRE 2017 • mama • 33