[ BLOGUEROS EXPATRIADOS ]
mucho, porque de esta manera los pequeños pueden
aprender de los mayores a través de la observación,
la repetición... Y los mayores aprenden a tener cui-
dado con los pequeños, a no atropellarlos, etc. En un
parque he visto a niños de cuatro y cinco años cuidar
entre todos a niños de tres. Adquieren un nivel de
responsabilidad que no se ve mucho en España y yo
creo que puede ser en parte gracias a este contacto
en los centros de preescolar. Cuando estoy en España
y vamos al parque siento
que debo “proteger” a mi
hijo de posibles empujones
o balonazos.
DO: ¿En qué momento te
decides a abrir un blog de
maternidad y qué espera-
bas encontrar con él?
geración y aquí estoy yo dándoselo a mi hijo de tres
años. ¿Y lo de dormir juntos, el colecho? “Una forma
de malacostumbrarlos”. Y sí, por supuesto mi hijo si-
gue durmiendo con nosotros y creo que el día que se
vaya a su habitación me dolerá más a mí que a él.
DO: ¿Qué te aporta la blogosfera a tu crianza?
PC: A veces tengo la impresión de que es un poco
terapéutica, que me sirve
para desahogarme o como
“mi rinconcito”, mi lugar
para mi sola, mi afición en
este momento de mi vida
en el que no me sobra pre-
cisamente el tiempo para
mí. Además de un tipo de
“terapia” y desahogo, me
ha aportado también una
gran tribu online de ma-
más que llevan el mismo
tipo de crianza que yo, que
nos apoyamos, nos escuchamos, compartimos nues-
tras experiencias, nos entendemos, no nos juzgamos.
En este sentido el blog me ha dado mucho, adoro a
mi tribu, que cada día es un poquito más grande.
“Antes de ser madre
creía que dar el pecho
a “niños grandes” era
una atrocidad y aquí
estoy yo dándoselo a
mi hijo de tres años”
PC: Un día, una muy
buena amiga, al ver mi
entusiasmo al hablar sobre
la maternidad y sobre mi hijo me dijo que tenía que
escribir un blog, que ella me leería y que seguro que
más gente lo haría. No era la primera persona que me
sugería que escribiese un blog, pero sí fue la primera
que sugirió que lo hiciese sobre maternidad. La idea
me hizo tilín así que me puse manos a la obra. La
verdad es que empecé haciéndolo sobre todo para
mí y para mis amigos, entonces lo escribía en español
y en polaco y lo consideraba una forma de mantener
contacto con los que había dejado tanto en España
como en Polonia. A día de hoy es un espacio para
compartir en el que cuento aquello que te contaría si
quedásemos a tomar un café.
DO: Dices que “hay un abismo de lo que pensaba
que haría a lo que he hecho, hago y haré”. ¿Tan dife-
rente es la maternidad a como la imaginabas?
PC: Sí, totalmente. Yo era fan de la Super Nany, es
decir: de dejarlos llorar, de ser autoritaria para que
“no me tomen el pelo”... Ahora la idea de dejar a un
niño llorar sin consuelo me parece cruel (del mismo
modo que me lo parece hacerlo con un adulto), creo
que es posible educar con amor sin que eso signifi-
que que “nos tomen el pelo”. También creía que dar el
pecho a “niños grandes” era una atrocidad y una exa-
DO: ¿Cuáles son vuestros planes de futuro? ¿Os
quedáis? ¿Volvéis a Polonia? ¿En algún momento os
habéis planteado instalaros en España?
PC: Esta es una pregunta a la que nunca respon-
do y siempre explico por qué: me fui a Polonia por
dos años y me quedé más de ocho. El traslado para
Alemania tampoco estaba planeado, de hecho a mí
no me atraía nada Alemania. Así que ahora, en lugar
de hacer planes simplemente improvisamos, según lo
que se nos presenta. Si las cosas nos van mal aquí y
mi marido pierde su trabajo, creo que lo más proba-
ble será que nos veamos forzados a regresar a Polo-
nia porque en Alemania para encontrar un trabajo es
necesario tener un buen nivel de alemán y ninguno de
los dos lo tenemos. En Polonia, tanto él como yo po-
demos encontrar trabajo, o al menos eso creemos. En
España, tal y como están las cosas, tampoco creo que
pudiésemos encontrar trabajo ninguno de los dos. Así
que a no ser que cambien mucho las cosas, creo que
nuestro futuro está aquí o en Polonia. ■
JULIO 2017 •
mama
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