[ SOLIDARIDAD ]
por esta situación de crisis, que bastante dura es”, explica
Ivonne. El embarazo, para algunas madres, no deja de ser
un soplo “de esperanza y de ganas de vivir”. Para otras,
sin embargo, pasar un proceso como el del embarazo,
el parto y el posparto en un país extranjero y dentro de
un campo de refugiados “se les hace difícil porque las
condiciones, como os podéis imaginar, tampoco son las
mejores. Algunas mujeres están solas, y enfrentarse a una
situación así, y además tener que cuidar de sus otros hi-
jos, se hace duro y complicado”.
En los campos de refugiados las mujeres reciben un trato
individualizado, de forma que desde Cruz Roja les pueden
ofrecer apoyo “tanto en el control del embarazo como a
nivel emocional y psicológico”. Según Ivonne Aixalà, ésta
atención individualizada y la continuidad de los cuidados
por parte de los mismos profesionales “favorecen la crea-
ción de un vínculo que ayuda a las mujeres a expresar y
exteriorizar sus preocupaciones”, mientras que a las en-
fermeras y matronas les permite poder responder a sus
necesidades. “La verdad es que muchas veces las muje-
res vienen a la consulta para expresar sus preocupacio-
nes en vez de sus dolencias del día a día, les ayuda hablar
y compartir sus historias personales. En algunos casos,
MAYO 2017 •
mama
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