LACTANCIA MATERNA SIN FECHA DE CADUCIDAD
• LA HISTORIA PERSONAL •
En 2014 , Maricarmen abrió el blog 'Desvaríos de una madre'
para contar sus experiencias como madre. “Son mis desvaríos
contados desde el cariño, el respeto y el humor”, dice en la
presentación de su bitácora. A lo largo de estos tres años
ha escrito sobre maternidad, crianza, literatura infantil y,
también, de lactancia. Zaragozana de nacimiento, tras vivir
los cinco últimos años en Madrid, se ha instalado junto a su
marido y su hijo Víctor en Wallisellen, una ciudad del cantón
de Zurich (Suiza). Nos cuenta que, aunque sus inicios con la
lactancia no fueron fáciles, al final consiguió establecerla.
Y ya suma cuatro años y medio de experiencia.
• Durante el embarazo aproveché para leer e informarme • La matrona de mi centro de salud estaba mejor infor-
sobre lactancia y otros temas de maternidad. De todos,
el libro que más me gustó y me ayudó fue el del pedia-
tra Carlos González, 'Un regalo para toda la vida'.
• Cuando nació mi hijo, el personal sanitario del hospi-
tal estaba muy mal informado sobre lactancia mater-
na y, además, se contradecían y me decían una cosa u
otra dependiendo de qué turno tocase. Lo que más
escuché fue aquello de “dale diez minutos en cada
pecho y solo cada tres horas”. Incluso me abroncaban
si le daba el pecho cuando no correspondía según sus
horarios.
• Uno de los consejos que más llamó mi atención fue “si
tienes a tu hijo más de diez minutos al pecho se te ma-
cerará la teta”. Esto dicho por una enfermera de pedia-
tría. No supe ni cómo reaccionar al comentario. Mi hijo
tiene cuatro años y medio y sigo dándole el pecho, en
tomas de más de diez minutos y después de tanto
tiempo aún no se me han macerado...
• Para mí todo era nuevo y estaba agotada, con las hor-
monas disparadas. Yo suponía que ellas (eran muje-
res) eran las profesionales y las que estaban en con-
tacto diario con lactantes y por lo tanto las personas
de referencia, de las que me debía fiar. Un desastre.
Salí del hospital dando biberones a mi hijo.
mada sobre lactancia y, como yo deseaba dar el pe-
cho, me ayudó a quitar el biberón a mi hijo. También
me guió con una mastitis subclínica que padecí du-
rante dos meses; aunque ella no sabía cómo solucio-
narlo sí supo derivarme al profesional adecuado. Fi-
nalmente conseguí establecer la lactancia.
• Pese
a que he de decir que, en conjunto, he escu-
chado más comentarios positivos que negativos,
por este hecho me han repetido incontables veces
cosas como “¿Todavía tienes leche?” y “¿No es muy
mayorcito para que siga con la teta?”.
• Lo
que peor llevo no es lo que me digan a mí, que
realmente me da igual, sino que muchas veces los co-
mentarios acerca del pecho los dirigen a mi hijo, con
la intención de humillarle y que se sienta mal por
“comportarse como un bebé” al tomar teta siendo
“tan mayor”.
• ¿Los
mayores impedimentos en la actualidad para
que una madre amamante hasta que ella y su hijo
quieran? La desinformación de los profesionales sani-
tarios que anteponen sus prejuicios a la evidencia
científica y las recomendaciones de la OMS; la falta de
apoyo por parte de la pareja y/o del entorno; y, por
supuesto, los escasos meses de permiso laboral. ■
MAYO 2017 •
mama
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