seis meses se le puede dar leche
de continuación, pero no es ne-
cesario. El principal argumento
teórico para usar leche de conti-
nuación es que es más barata
que la de inicio, lo que impediría
que las familias sin recursos em-
pezasen a dar leche de vaca en-
tera, lo que no se recomienda
hasta los 12 meses. Pero en la
práctica la diferencia de precio
entre la leche de inicio y la de
continuación es muy pequeña.
CONCILIACIÓN Y LACTANCIA
“La cultura
occidental del
siglo XX consiguió
cambiar totalmente
la lactancia, y casi
destruirla, a base
de poner reglas y
horarios, y situarla
bajo el control de
los médicos”
Según la Encuesta Nacional de
Salud del Ministerio de Sanidad
(2012) tan solo el 28% de los ni-
ños españoles disfruta de los 6
meses de lactancia materna ex-
clusiva que recomienda la OMS.
La cifra da mucho que pensar pero, además, lo más
significativo es que a partir de esa edad ya no hay
datos. ¿Qué explicación encuentras a esto?
Pues supongo que no preguntaron más tarde. Imagi-
no que, al ver que la cifra a los 6 meses es tan alta (¡sí,
alta! Hace treinta años soñábamos con llegar al 20%, y
ya está ampliamente superado), se animarán a añadir
otras preguntas en encuestas posteriores.
En Noruega la duración media de la lactancia mater-
na se sitúa en torno a los nueve meses. En España no
llega a los tres. ¿Qué haría falta para alcanzar nive-
les como los de Noruega o, incluso, sup eriores?
Tiempo. Yo creo que vamos por el buen camino. No-
ruega no siempre ha tenido esas tasas de lactancia
materna. Allí también fueron mejorando poco a poco
las rutinas hospitalarias, la formación de los profesio-
nales, la legislación laboral, el apoyo de la sociedad.
Lo que pasa es que en España empezamos más tar-
de. Pero les alcanzaremos.
No sabemos si en esas tasas tendrán algo que ver
las políticas de conciliación de cada país. En ese
sentido, tú hablas siempre de
la lactancia como un derecho
pero en España con las inexis-
tentes políticas de conciliación
que tenemos cuesta pensar
que ese derecho se tenga ni
tan siquiera en mente cuando a
las 16 semanas una mujer se
tiene que reincorporar a traba-
jar... Hay movimientos que bus-
can igualar los permisos de
maternidad y paternidad pero
siguen sin contemplar que la
madre, que es la que gesta y la
que pare, pueda alcanzar “al
menos” seis meses de lactancia
materna exclusiva. ¿Se pasan
por alto las necesidades del
bebé y ese derecho mater-
no-infantil?
Sí, hay una curiosa asimetría en
los derechos laborales. ¿Edad de
jubilación? Es casi la misma en Es-
paña y en Suecia. ¿Duración de la jornada laboral? Es
casi la misma en España y en Suecia. ¿Vacaciones
anuales? Casi los mismos. Permiso de maternidad/pa-
ternidad (sumado): España, 20 semanas; Suecia, 16
meses. Da la impresión de que los partidos y sindica-
tos españoles se han esforzado en defender las vaca-
ciones o la jornada laboral, pero se han olvidado por
completo del cuidado de los niños.
¿Son los permisos de maternidad y paternidad
iguales e intransferibles una concepción de la
igualdad mal entendida?
Para un niño pequeño no es lo mismo estar con
papá que con mamá. No es lo mismo porque es la
madre la que da de mamar; pero para los que toman
biberón tampoco es lo mismo. Los bebés tienen una
relación especial con un cuidador primario, que casi
siempre es la madre; pensar que da lo mismo un cui-
dador que otro es ignorar completamente su psico-
logía. Igualar los permisos de maternidad y paterni-
dad estaría muy bien si fueran dos años para la
madre y dos años para el padre. Pero cuatro meses
y cuatro meses es un insulto. ■
MAYO 2017 •
mama
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