De aquí a treinta años
necesitaremos tres planetas
enteros para poder mantener
nuestro ritmo de consumo actual.
O al menos esa es la previsión,
alarmante pero realista, de la
ONU para 2050. Una previsión
que choca directamente con ese
anhelo tan universal y antiguo
de un mundo mejor para los
hijos; imposible, quizás, si no
les convertimos a ellos en los
principales protagonistas del
cambio.
POR
DIANA OLIVER
Y ADRIÁN CORDELLAT
24
•
mama
• MARZO 2017