Madresfera Magazine 08- Enero 2017 | Page 31

Pero , ¿ realmente se puede “ aprender ” a dormir ? “ Un niño puede aprender a dormir de una manera determinada , tal y como dicta su cultura ”, reconoce María Berrozpe . La cuestión para la bióloga no es si se puede aprender a dormir o no sino “ hasta qué punto vale la pena hacer un esfuerzo de adaptación cuando las razones que nos empujan a dormir de una manera dada no existen ”, y nos plantea la cuestión de si realmente compensa el esfuerzo de “ enseñar a un bebé a dormir solo antes de que esté preparado para hacerlo por su propia voluntad ”.
La prestigiosa psicóloga Darcia Narvaez explica a Madresfera Magazine que “ los ritmos circadianos de los bebés deben ser establecidos ”. Sin embargo , Narvaez apunta que esto es algo que se hace con la “ iluminación apropiada ” ( luz del sol en la mañana , ninguna luz brillante en la tarde ), “ la lactancia materna ” ( gracias a la proporción de triptófano que la lactancia materna aporta por la noche ) o al establecimiento de “ rutinas al acostarse ” en niños más mayores como , por ejemplo , leer un cuento o favorecer un ambiente tranquilo que invite al sueño .
Otro de los puntos de polémica respecto a los métodos de entrenamiento propuestos por Ferber , Weissbluth o Estivill se refiere al hecho intrínseco de “ dejar llorar ” para “ aprender a dormir ”. Según Franscesc Segarra el método Estivill “ no tiene nada que ver con dejar llorar al niño hasta que reviente ”, sino que lo que plantea es que los padres “ pueden y deben hacer cualquier cosa para tranquilizar y consolar al niño , pero no pueden hacer nada para dormirlo . Tu puedes entrar a la habitación del niño , puedes consolarlo , hablarle con una voz amable ... y salir de la habitación . Y esperar un par de minutos . Si el niño sigue llorando , a los dos minutos o tres vuelves a entrar en la habitación para calmarle . Le vuelves a explicar , le tocas , le coges . Lo que no es correcto es hacer eso hasta que se duerma , porque el niño debe dormirse solo ”.
A los niños , por lo tanto , sí que se les deja llorar y no reciben atención de sus padres durante periodos de tiempo que se van ampliando ,

“ Las diferencias culturales podrían influir en la relación entre las prácticas del sueño y los “ problemas ” asociados a éste ” como reconoce el propio psicólogo de la Clínica Estivill , y como marcan las tablas de tiempos del propio libro ( se llegan a establecer pautas de espera de hasta 17 minutos ) algo que algunos expertos apuntan que no se puede considerar inocuo , sino que tiene efectos para el cerebro del niño .

Para Álvaro Bilbao , neuropsicólogo y autor de ‘ El cerebro del niño explicado a los padres ’ ( Plataforma Editorial ), “ el principal efecto es que se activa la amígdala , una estructura que se pone en funcionamiento principalmente ante el miedo . Cuando esto ocurre se segrega cortisol y adrenalina . En dosis mínimas , como las que segrega un niño que llora cuando se cae o cuando llora unos segundos hasta que su padre o madre le cogen en brazos , estas hormonas no parecen tener efectos negativos . Sin embargo , en dosis altas , como puede ocurrir cuando un niño llora durante 5 minutos sin que nadie le consuele , repetido además varias veces durante la noche , sabemos que pueden dañar ciertos circuitos cerebrales ”.
Por tanto , y aunque Bilbao señala que “ a día de hoy ” la Asociación Americana de Pediatría no ha considerado estos métodos “ perjudiciales para el desarrollo del niño ”, desde su punto de vista no son recomendables porque “ hay cierta evidencia científica que encuentra asociaciones negativas entre estos sistemas de entrenamiento y el desarrollo cognitivo y emocional , principalmente alteraciones leves en estructuras relacionadas con la memoria y la gestión emocional ”.
ENERO 2017 • mama • 31