[ SALUD ]
L
a versión cefálica externa, que es segura tanto
para la madre como para el hijo, es recomendada tanto por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) como por la comunidad científica, por lo que son ya muchos hospitales los
que la practican. El Doctor Jorge Burgos, miembro del
servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Cruces y de la Junta Directiva de la Sección
de Medicina Perinatal de la SEGO, lleva trabajando en
el campo de la versión cefálica externa y el parto de
nalgas desde el año 2002. Durante estos 14 años han
realizado más de 2.100 versiones y fruto de su actividad científica, el equipo de este hospital ha presentado 4 tesis doctorales, ha publicado más de 10 artículos
en revistas internacionales y ha ofrecido numerosas
comunicaciones tanto a Congresos Nacionales como
Internacionales. Pero ¿en qué consiste exactamente la
versión cefálica externa (VCE)? El Doctor Burgos nos
explica que simplemente es una técnica manual que
“modifica la presentación fetal a cefálica” y añade que,
“aunque la indicación más frecuente es cuando el bebé
se encuentra de nalgas, también se realiza cuando está
en presentación transversa u oblicua”. Esta maniobra,
conocida desde tiempos de Hipócrates, ha tenido diferentes periodos en función del conocimiento científico
de la época y los medios técnicos en obstetricia, según nos cuenta Burgos. En nuestro país cayó en desuso pero “gracias a las numerosas publicaciones en el
campo y al empuje de las sociedades científicas se ha
implantado en muchos centros de España”.
Lo primero que Nerea valoró cuando su ginecólogo le
propuso intentar una VCE fue conocer todos los datos
que éste pudiera darle al respecto: información sobre la
maniobra, evidencias científicas, tasa de éxito, posibles
riesgos para el bebé… “Todo parecía muy sencillo de hacer y la tasa de éxito bastante alta (un 60%), así que tenía que intentarlo. También lo consulté con mi matrona y
ella, que conocía la experiencia en este campo de mi médico, me animó a que lo intentara. Para mí la cesárea era
la última opción”. Pese a las recomendaciones favorables por parte de ambos expertos, Nerea quiso conocer
la experiencia personal de mujeres que habían pasado
por ello y buscó a través de internet historias acerca de
la VCE. “También me llegó información sobre prácticas
alternativas para intentar girar al bebé, como maxiobustión, homeopatía y pseudociencias en las que no creo,
así que ni siquiera me planteé recurrir a ellas”, afirma.
Semana 37
En base a las evidencias científicas, el Doctor Jorge Burgos explica que no se recomienda realizar la maniobra
antes de la semana 37 por dos motivos: “Uno, porque
aunque la tasa de éxito antes es un poco más alta, la tasa
de reversión (fetos que vuelven a estar de nalgas) también es más alta, por lo que al final el resultado es el mismo. Por otro lado, existe un riesgo bajo, aproximadamente de un 1%, de que tras la maniobra termine el embarazo
y si esto se produce por debajo de la semana 37 el feto
tendrá mayor riesgo de sufrir dificultades para la adaptación a la vida extrauterina”. El miembro del equipo de
Ginecólogía del Hospital Universitario Cruces insiste en
que dado que no tiene ningún beneficio hacerla antes
de la semana 37 lo recomendable es realizarla a término
pero apunta que “no debe retrasarse demasiado” ya que
a medida que el embarazo se acerca a la semana 40 “es
más probable que la mujer se ponga de parto y por tanto
pierda la posibilidad de realizar la versión”.
JULIO 2016 •
mama
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