Madresfera Magazine 05 - Julio 2016 | Page 13

[ EL POST DEL MES ] Exactamente así es como me siento tras haber dejado reposar unos días la lectura de este artículo de Carmen Posadas. Y sí, pongo el enlace, porque su opinión merece una visita tanto como cualquier otra, porque tenemos que esforzarnos por clavarle un alfiler a nuestra burbuja. Podría haber escrito esta entrada inmediatamente después de que sus palabras me encendieran las entrañas; podría haberla juzgado, como hace ella con vosotras, con las mamás a las que yo me siento más cercano; podría decir que qué derecho tiene ella a opinar acerca de vuestra vida terrenal desde la posición acomodada que su familia privilegiada a buen seguro le ha garantizado; podría dar por hecho que en casa de la mujer del Gobernador del Banco de España mamá no tenía que agacharse a limpiar vómitos de bebé del viejo suelo de la cocina, que no sería ella quien cambiaba pañales, quien consolaba con unos brazos que parecen estirarse hasta el suelo después de horas de arrullo a un llanto inconsolable. Pero no lo voy a hacer, porque no lo sé, y porque aunque lo supiera, no soy nadie para juzgar sus decisiones vitales ni de crianza. Ella, en cambio, sí juzga. Desde una pretendida posición poseedora de la única verdad del feminismo, desplaza de un plumazo a todos los hombres del cuadro y carga una vez más las tintas sobre las mismas dianas aburridas de siempre: las mujeres, las madres. Y seguramente lo haga también desde una burbuja, pero no por eso deja de hacer —en mi humilde opinión— un flaco favor a la causa que aparenta defender. hogar? En primer lugar: no. Y en segundo lugar: ¿y qué si ella hubiera decidido hacerlo así? ¿Es algo de lo que avergonzarse pretender trabajar en el hogar? ¿Tengo que sentirme humillado yo por haber elegido dejar mi puesto en una empresa durante un tiempo para dedicarme a mi hija y a mi hogar? No, Carmen Posadas, no. Eso que tú llamas una moda no es tal, y lo que trae no son viejos roles que tú eliges atribuir a las madres. Eso que tú llamas una moda está revolucionando muchos hogares con nuevos roles masculinos que pareces desconocer, porque ya no asumimos que sea mamá la que debe llevar la tarta al cole, porque somos ya muchos los padres que cocinamos para nuestros hijos. Y nos gusta. Y nos sentimos orgullosos de ello. Eso que tú llamas una moda puede que lo que esté llevando a nuestra despensa sea una dieta más sana alejada de la bollería industrial, una conciencia más profunda sobre las implicaciones que nuestro estilo de vida tiene sobre los demás y sobre el medio ambiente que nos rodea. Y tú eres libre de no compartir la filosofía de eso que tú llamas una moda, pero déjanos a nosotros ser libres de hacer lo que nos dé la gana. «Ante mi sorpresa, llegada la hora empezó a dar de mamar al retoño después de que este, hablando como un catedrático, solicitara el servicio de comedor. No seré yo quien se mese los cabellos ante las madres que reclaman su derecho a alimentar a sus hijos, allá cada cual con su particular afán de protagonismo, por no decir exhibicionismo.» «”El viernes es la fiesta de fin de curso, cada madre traerá algo para la merienda. Por supuesto tú puedes aportar una tarta que compres por ahí en vez de algo casero, como estás tan ocupada…”. Este diálogo, sacado de una película de Anne Hathaway, resume un hecho nuevo y nada tranquilizador: el regreso, a través de la moda de lo natural y ecológico, de ciertos roles femeninos más ancestrales y retrógrados.» ¿Pero por qué precisamente «femeninos»? Ya sabéis que nosotros en casa defendemos en buena medida esa vuelta a lo casero; ¿acaso significa eso que mamá haya abandonado su rol de mujer trabajadora e independiente para someterse al JULIO 2016 • mama • 13